Luego de un tenso comienzo de relaciones, este miércoles se produjo el primer mano a mano entre los presidentes de Argentina, Mauricio Macri y Brasil, Jair Bolsonaro, quienes tras reunirse en Brasilia, coincidieron en dos puntos claves: la flexibilización del Mercado Común del Sur (Mercosur) y el rechazo y ataque al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
La ausencia de Macri en la investidura de su homólogo el pasado 1 de enero no causó buena impresión en el Palacio de Planalto, mientras que las declaraciones del ministro de Hacienda brasileño, Paulo Guedes, quien dijo que el Mercosur y Argentina “no serían una prioridad” para el gobierno de Bolsonaro, despertaron las alertas en la Casa Rosada.
Tampoco cayó bien que el presidente brasileño decidiera que su primer viaje oficial sería a Chile y no a Argentina, como es tradición. Lo que ratifica su interés en priorizar las relaciones con la administración de Sebastián Piñera y emular el modelo de apertura económica de Santiago y no el de Buenos Aires, hundido en la crisis económica, necesitado del dinero del FMI para mantenerse y en una dura batalla contra el déficit fiscal y la inflación.
Pese a las diferencias, ambos gobernantes de derecha se mostraron sonrientes ante la prensa. “Hoy empezamos a escribir un nuevo capítulo en la historia de las relaciones entre Brasil y Argentina” dijo Bolsonaro, mientras que Macri indicó que “hubo un clima de alegría, de ilusión”, y destacó las “enormes coincidencias” que existen entre ambos.
En contra de Maduro
La primera “coincidencia” es que ambos están alineados con Washington para derrocar al gobierno venezolano que lidera Nicolás Maduro.
Macri y Bolsonaro se proponen bloquear y aislar todo lo posible a Venezuela, para desatar un clima de desestabilización e ingobernabilidad.
Luego de la reunión en Planalto, ambos coincidieron en desconocer el nuevo mandato de Maduro y manifestar su apoyo a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición venezolana y que se encuentra en desacato desde 2016.
«Reafirmamos nuestra condena a la dictadura de Nicolás Maduro, que solo busca perpetuarse en el poder mediante elecciones ficticias. No aceptamos esta burla a la democracia (…) que reconocemos a la Asamblea Nacional como única institución legítima «, afirmó Macri en nombre de los dos.
Bolsonaro, que habitualmente usa un tono más duro y que que no descarta llegar a las armas para sacar a Maduro del poder, esta vez fue más comedido y no mencionó directamente al mandatario venezolano.
«Las conversaciones de hoy (16 de enero) con Macri sólo refuerzan la convicción de que la relación de Brasil y Argentina seguirá avanzando en el rumbo de la democracia, la libertad y la seguridad», dijo.
Mercosur más flexible
El otro gran tema de la reunión de Brasilia fue el futuro de Mercosur, el bloque económico formado también por Paraguay y Uruguay, y que se encuentra en la cuerda floja después de que Bolsonaro, cuyo país es el socio principal, amenazara con retirarse si el bloque no se moderniza.
Este bloque constituye una unión aduanera en la que los cuatro miembros deben mantener una política comercial común, por lo que ninguno de ellos puede negociar acuerdos con otros países que no integran la zona aduanera. Se negocia en bloque y se establece un arancel externo común.
Esta limitación es vista por Macri, Bolsonaro y las grandes empresas de ambos países como un corsé a sus posibilidades de expansión y suscribir acuerdos con naciones altamente industrializadas, por lo que coincidieron en la importancia de flexibilizar las normas.
Por tal motivo, aunque Bolsonaro subrayó la «importancia» del bloque regional, advirtió que el mismo debe cambiar.
“Coincidimos en la necesidad de perfeccionar el Mercosur, cambiando la agenda de trabajo, valorizando la propuesta inicial de una apertura comercial”, sentenció.
Asimismo, pidió una alianza más compacta y reclamó la necesidad de concluir con «las negociaciones más promisorias«.
Un punto de acuerdo fue la necesidad de bajar el arancel externo común para lograr mayor competitividad, aunque no se definió un porcentaje.
Por su parte, Mauricio Macri se refirió al tema más importante para su administración: el demorado Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (UE), que el bloque negocia hace 20 años y cuya firma aspiraba anunciar en la cumbre del G-20 realizada en Buenos Aires.
“Este acuerdo ha requerido mucho esfuerzo y se ha avanzado como nunca antes» dijo el empresario argentino, al tiempo que afirmó con la llegada de Bolsonaro a la presidencia de Brasil “tenemos oportunidad de renovar el compromiso político del Mercosur y dar los pasos hacia un acuerdo que beneficie a ambos bloques«.
Sin embargo, falta saber si esta nueva “visión conjunta” logrará pasar por el filtro de los poderosos intereses comerciales de los lobbies industriales de Brasil y Argentina.
Peligros de la apertura
Para el argentino Carlos Bianco, economista e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, “la política de Bolsonaro y Macri apunta a degradar el Mercosur”, al dejar de lado la integración del bloque y el impulso a los intercambios entre sus miembros, para priorizar las negociaciones con países externos.
“El objetivo de ambos es poder tener la libertad de buscar acuerdos comerciales bilaterales con terceros países. Eso implica la eliminación de la política comercial común. Por lo tanto, el arancel externo común también dejaría de existir”, planteó en declaraciones al diario El Tiempo.
Advirtió que esta visión expansiva podría ser desfavorable para Argentina. Por ejemplo, si Brasil firmara un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, objetivo que busca Bolsonaro según su círculo cercano, los productos norteamericanos tendrían acceso libre al mercado brasileño, en iguales condiciones que las de los productos argentinos.
“Brasil es el principal mercado para los productos industriales de Argentina. Si el país vecino avanza en ese sentido, las exportaciones argentinas serían desplazadas”, explicó Bianco, quien se desempeñó como secretario de Relaciones Económicas Internacionales durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Señaló que la decisión de llevar el Mercosur a un acuerdo de libre comercio “puede llegar a beneficiar a sectores exportadores primarios, pero no mucho más”.
Necesidad mutua
El acercamiento entre Mauricio Macri y Jair Bolsonaro no debería sorprender, más allá de ser gobernantes alineados con la derecha y los intereses de la Casa Blanca, tanto Argentina como Brasil necesitan uno del otro para sacar adelante sus maltrechas economías.
“Cuando a uno le va bien, ayuda al otro. Necesitamos que a los dos nos vaya bien”, reconoció el mandatario argentino tras la reunión con su homólogo.
Brasil es el primer socio comercial de Argentina y éste a su vez es el tercero del gigante suramericano. Sin embargo, la crisis económica y política de Brasilia y la recesión y alta inflación de Buenos Aires han afectado la balanza comercial bilateral.
En 2017 Argentina representaba el 8% de las exportaciones brasileñas, pero el año pasado esa cifra retrocedió al 6,2%, según la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB).
Adicionalmente, Macri se juega este año su reelección, ante un pueblo descontento por los recortes sociales, despidos, aumento en las tarifas de los servicios y caída del peso frente al dólar.
Por eso necesita mejorar la balanza con su país vecino, ya que las exportaciones argentinas a Brasil también han disminuido en los últimos cinco años.
“En 2018, Argentina exportó 11.500 millones de dólares a Brasil, pero llegó a exportar 17.000 millones de dólares en 2011 y 2013, por lo tanto estamos partiendo de una base que inexorablemente nos exige alguna reforma o ajuste», indicó el analista económico internacional Marcelo Elizondo en declaraciones a Sputnik .
El rubro que más dólares sumó el año pasado fue el de manufacturas de origen industrial; sobre todo los materiales de transporte por 4.529 millones de dólares. También Argentina exportó productos primarios como cereales hortalizas, frutas y legumbres
Para Brasil también es importante que el gobierno de Mauricio Macri pueda salir de atolladero y que la población tenga una mayor poder adquisitivo. Las compras de Argentina a Brasil en 2018 totalizaron 14.932 millones de dólares, según datos del INDEC
Los principales rubros comercializados fueron bienes intermedios -cuya importación representó 4.709 millones de dólares– seguidos por vehículos automotores de pasajeros (3.805 millones) y bienes de capital (2.751 millones), reseñó
La cuenta final arroja que Argentina tiene un déficit comercial con su vecino del norte superior a los 3.400 millones de dólares.
Para algunos analistas , Macri se encuentra en desventaja a la hora negociar frente a Bolsonaro y en el campo económico deberá realizar concesiones para poder impulsar el intercambio comercial.
“La tasa de interés de Argentina, 47%, la de Brasil, 6,5% anual; la inflación de Argentina 47,6%, la de Brasil 3,75% al año, y el crecimiento de Argentina, —1%, y el de Brasil, 1,7%. Argentina debería acompañar en lo que Brasil diga porque este tiene una salud económica mucho mayor. No me parece que Argentina puede imponer ninguna condición«, indicó el analista político internacional Gustavo Segré.
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