Ganó las elecciones presidenciales como candidato del partido de izquierda “Alianza País”, pero luego, el presidente ecuatoriano tomó un rumbo económico neoliberal haciendo despidos en el sector público y adoptando políticas más favorables para las empresas y leyes que facilitan la fuga de capitales hacia los paraísos fiscales
La eliminación de los subsidios a los combustibles por parte del Gobierno de Lenín Moreno, podemos decir, en el argot más popular latinoamericano, que se trata de la mecha que encendió la protesta social en Ecuador.
Desde el pasado 3 de octubre, el país suramericano está experimentando tensos momentos de protestas ciudadanas contra estas medidas y otras de carácter económicas, tomadas por el presidente Moreno.
Las movilizaciones se iniciaron luego de que el primer mandatario ecuatoriano anunciara, precisamente, la eliminación de los subsidios a los combustibles y otros ajustes económicos como bajar el salario en contratos temporales del sector público o las vacaciones, recordó una nota de Hispantv.
De acuerdo con el ministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, las medidas responden al acuerdo que alcanzó en febrero el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para recibir 4.209 millones de dólares y más deudas de otras entidades.
No obstante, indica la reseña que el pueblo está en contra del plan gubernamental, que, a su juicio, causará inflación y aumentará tarifas del transporte público.
El desacuerdo de la población ecuatoriana con Moreno tiene sus raíces en el giro político y económico que dio el presidente tras asumir el poder en 2017, que ha acabado con la desconfianza pública, destacó la reseña.
Moreno ganó las elecciones presidenciales como candidato del partido de izquierda “Alianza País”, pero luego, tomó un rumbo económico neoliberal haciendo despidos en el sector público y adoptando políticas más favorables para las empresas y leyes que facilitan la fuga de capitales hacia los paraísos fiscales.
En la política también giró hacia la derecha, saliendo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), para luego acercarse al Grupo de Lima.