La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Uruguay que se celebraron este domingo no consagraron a un ganador y el «empate técnico» entre los candidatos Daniel Martínez, del progresista Frente Amplio, y Luis Lacalle Pou, del derechista Partido Nacional, se definirá «entre jueves o viernes» cuando se computen los votos «observados» o «impugnados», informó la Corte Electoral.
En declaraciones al diario El País de Uruguay, el presidente de la Corte Electoral, José Arocena, confirmó que vencedor de esta contienda electoral se conocerá recién “jueves o viernes”, debido a lo ajustado de los resultados, aunque tanto los datos que arrojaba el escrutinio, como los sondeos de boca de urna le daban una leve ventaja a Lacalle.
Explicó que la cantidad de votos observados (1,45 puntos porcentuales) es similar a la diferencia entre los candidatos (1,39 puntos porcentuales) a favor del representante del Partido Nacionalista.
Con el 97,50 por ciento de los votos escrutados, Lacallo Pou obtuvo 1.140.995 votos (48,80 por ciento de los sufragios), contra 1.108.418 de Martínez (47,41 por ciento).
Luego del cierre de los centros electorales, militantes del Partido Nacional y del Frente Amplio aguardaban afuera de las sedes utilizadas como bunker de los candidatos presidenciales entre la cautela y la esperanza.
Sin embargo, este cerrado resultado, inédito en la historia de la democracia uruguaya, sumió en el silencio público a los dirigentes de ambos sectores, que analizaron la situación a puertas cerradas en sus respectivos comandos de campaña.
En la primera vuelta, celebrada el pasado 27 de octubre, el representante del Frente Amplio, Daniel Martínez resultó vencedor con el 39,2 % de los votos, mientras que Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, obtuvo el 28,6 %.
En el país suramericano, donde votan casi tres millones de personas, es necesario obtener el 50 % más uno de los votos para ganar en primera vuelta, y puesto que ninguno de los dos candidatos más votados obtuvo ese porcentaje fue necesario ir a balotaje.
No hay antecedentes en la historia política uruguaya de un resultado tan estrecho en la segunda vuelta. Independientemente de quién obtenga finalmente la victoria, la extrema paridad entre ambos candidatos será un hecho que el próximo presidente para el período 2020-2025 deberá tener en cuenta a la hora de gobernar.
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