Cientos de representantes de pueblos indígenas, activistas sociales, campesinos y miembros de la sociedad civil guatemalteca, encabezados por la Asamblea Social y Popular (ASP), marcharon por las principales vías de la capital en contra de la discriminación y a favor de la dignidad indígena, negra y popular, reseñó Telesur.
La protesta en Guatemala se suma a la de otros países latinoamericanos en fecha rebautizada como «Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular», y en la cual además de oponerse a la colonización europea sufrida hace más de 500 años, denuncian la falsa independencia de la corona española hace 200, pues los manifestantes aluden aún ser víctimas de una suerte de colonialismo de Estado.
Instituciones humanitarias, como Festivales Solidarios, señalaron que “529 años después de la invasión europea en Abya Yala, el saqueo y colonialismo sigue», como parte de un recorrido que culminó exigiendo derechos frente al Ministerio Público.
“En este nuevo aniversario de lucha y resistencia, desarrollado en medio de una pandemia mundial en la que los pueblos originarios somos los más afectados debido a la pésima y catastrófica gestión del Gobierno de Alejandro Giammattei, se ha sumado el agravamiento del hambre, la pobreza, el abandono, la exclusión y el racismo estructural del Estado guatemalteco”, indicó la Convergencia Nacional Maya Waqiob’Kej.
La líder maya k’iche, Andrea Ixchíu, manifestó que la simple existencia de los pueblos indígenas constituye expresión de resistencia, en lucha durante siglos contra la violencia colonial, genocida y ecocida. “Nuestros sueños no los han podido colonizar, nuestra acción es nuestro discurso”, sentenció.
Como parte de la marcha, la bandera multicolor de los cuatro pueblos originarios guatemaltecos (maya, xinka, garífuna y ladino), se izó en la avenida Reforma e identificó durante todo el recorrido a los manifestantes; al tiempo que varias mujeres presentes la emplearon a modo de capa sobre sus hombros.
Según datos aportados por instituciones internacionales de Derechos Humanos, el 59 por ciento de los guatemaltecos, con una población estimada de 16.3 millones de habitantes, vive en el umbral de la pobreza, y casi el 50 por ciento de los niños padecen desnutrición, ante lo cual el Ejecutivo no ha tomado acciones de envergadura en aras disminuir tales indicadores.
Con cerca de la mitad de sus habitantes pertenecientes a pueblos mayas, garífunas, xinkas y afrodescendientes, precisamente devienen estas comunidades las más golpeadas por estos fenómenos asociados a la pobreza.