Agencia Sputnik.- El Gobierno brasileño decidió reabrir el parque nacional de las cataratas de Iguazú, ajeno al hecho de que el país se encuentra en el peor momento de la pandemia del nuevo coronavirus (causante de la enfermedad COVID-19), con casi 40.000 muertos y más de 700.000 contagiados.
Máscaras, guantes y gel desinfectante formarán parte del nuevo paisaje de esta maravilla de la naturaleza, dado que los responsables del parque han impuesto estrictas medidas de seguridad para evitar la propagación del COVID-19.
Para controlar el número de visitantes, a partir de ahora nada de improvisar: las ventas de entradas sólo se harán por Internet y con reserva previa, y el parque operará al 40% de su capacidad total, admitiendo un máximo de 350 personas por hora para evitar aglomeraciones.
Además, el circuito de visitas turísticas pasará por un minucioso trabajo de desinfección diario, y los visitantes serán avisados de las estrictas medidas de seguridad y nuevos protocolos sanitarios nada más llegar al recinto. La máscara en el rostro, por supuesto, será obligatoria durante toda la visita.
«Serán recibidos por un equipo de funcionarios que medirá la temperatura de los visitantes. De forma simultánea, los equipos del parque orientarán a todos a limpiarse las manos con gel desinfectante y a pasar sus calzados en una alfombra sanitaria», apunta el parque en su página web.
A pesar de que Brasil todavía no consiguió controlar el avance de la pandemia (los números de muertos y de nuevos contagios siguen batiendo récords cada semana) las autoridades defienden que Iguazú puede reabrir porque el virus no afecta a todas las regiones por igual.
Lo cierto es que el estado de Paraná (sur) donde se encuentran las cataratas, está entre los menos afectados por la pandemia. De entre los 27 estados brasileños es el sexto con menos casos confirmados (7.314) y de momento suma 253 muertos.
En otro estado sureño, Rio Grande do Sul, están los otros dos parques nacionales que también reabren este miércoles: las áreas montañosas de Aparados da Serra y Serra Geral.
El lado brasileño de las cataratas de Iguazú estaba cerrado desde el 18 de marzo, y aunque ahora abra sus puertas la incógnita es si volverán los turistas. Muchos de ellos son extranjeros y todavía tardarán en volver.
Además, otro obstáculo para la visita es que el lado argentino de las cataratas continúa cerrado. La gran mayoría de visitantes aprovecha el viaje hasta Iguazú para ver las cataratas desde los dos lados, y en la parte argentina está la espectacular Garganta del Diablo, por lo que probablemente muchos se lo pensarán antes de invertir en una experiencia a medias.
Las cataratas de Iguazú son Patrimonio de la Humanidad, están consideradas una de las siete maravillas de la naturaleza y constituyen uno de los principales atractivos turísticos de Brasil y Argentina. El año pasado pasaron por el lado brasileño más de dos millones de turistas de 174 países, un 7% más que el año anterior.
Las cataratas son el segundo punto turístico más visitado de Brasil, por detrás del Cristo Redentor de Río de Janeiro, que de momento sigue cerrado.