A través de su cuenta en la red social Twitter, @evoespueblo, el presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, denunció que la autoproclamada jefa de Estado de la nación andina, Jeanine Áñez, pretende recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI).
«El gobierno de facto de Añez, Camacho y Mesa pretende volver al pasado. Hablan de privatizar y entregar nuestras empresas estratégicas a las transnacionales. Están preparando el retorno del FMI. El pueblo boliviano junto al #ProcesoDeCambio luchó por recuperar nuestros recursos naturales», escribió Morales al recordar la Guerra del Gas, en la que la población defendió los recursos naturales que pretendían vender a precio irrisoria a Estados Unidos.
Bolivia fue considerada la nación con mayor crecimiento económico en iberoamerica, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su último informe señaló que el país altiplano fue la nación con mayor prospectiva económica de la región en el 2019 con un 4,3 por ciento, ponderando su sistema productivo y confianza de inversión de agentes externos.
La política de Morales Logró el equilibrio y se evidenció con el aumento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, en el período 1994-2005, el PIB era de 961 dólares y en la gestión del líder del Movimiento al Socialismo (MAS) llegó a 2.392 dólares.
Una deuda que se torna impagable es lo que experimentan naciones que buscan «ayuda» del FMI. Los países deben seguir recetas impuestas por el organismos que tienen como base el recorte y aumento de impuestos , perjudicando a los menos favorecidos.
Bolivia y el FMI
Aplicando una serie de medidas económicas de austeridad, en abril de 2003, Bolivia accedió a una línea de crédito de 124,5 millones de dólares por parte del FMI, que se incrementó luego a un total de 248,9 millones de dólares.
A este panorama se le sumó la privatización de varios recursos estatales, igualmente, el Gobierno de Ignacio Sánchez de Lozada intentó avanzar en un plan para exportar gas a EE.UU. a través de Chile, iniciativa que se convirtió en la gota que derramó el vaso y terminó con el pueblo en la calle rechazando el acuerdo con Norteamérica.
El hecho se recuerda como la «Guerra del Gas», el levantamiento popular en la ciudad de El Alto acabó en represión. Al menos 63 personas murieron, mientras que otras 400 resultaron heridas.
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