“Lo mejor es someternos al pueblo, el pueblo que diga; si el pueblo dice que no ¿qué podemos hacer?, no vamos a hacer un golpe de Estado, tenemos que irnos callados, pero tenemos mucha confianza de ganar”, dijo ayer Morales en conferencia de prensa en Palacio de Gobierno.
Esas declaraciones surgen debido a la cercanía del referendo , que se realizará el 21 de febrero. Según el líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), su partido tiene posicionamiento en el área rural, donde asegura que lograrán un “voto duro” con al menos un 80% de apoyo.
Asimismo, reiteró su aspiración de ganar el referendo con más porcentaje que en los anteriores procesos electorales. “Vamos a ganar, eso no está en duda de verdad; tal vez soy muy ambicioso, no sé, quisiéramos batir el récord de los referendos”, dijo.
En el referendo revocatorio del 10 de agosto de 2008, Morales fue ratificado con un 67,4%.
Morales hizo comparaciones del porcentaje alcanzado por el MAS, a su parecer el partido político más grande de la historia- durante los últimos ocho procesos electorales. Explicó que en cuatro de ellos el partido de gobierno alcanzó más del 50% y que en el resto superó el 60%.
No obstante, reconoció que gran parte de este respaldo se lo debe a los movimientos sociales, más que a su mismo partido político. “Tal vez no tengamos una buena estructura de la militancia del partido o del MAS, (pero) la mejor estructura son nuestros movimientos sociales”, reiteró.
Morales llegó hace 10 años al gobierno de la mano de los movimientos sociales, a los que calificó de ser fieles e incluso que lo respaldarían en caso de que haga algo malo. “El Pacto de Unidad, por más que yo haga algo mal, igual me defendería, así lo entiendo, como un pacto de sangre”, destacó el gobernante.
La Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), compuesta por la mayoría de las organizaciones sociales, fue la que impulsó la idea de cambiar el artículo 168 de la Constitución y así extender el mandato de los actuales líderes del Estado.
Pero, ¿por qué aceptó Morales esta decisión? “Por dos motivos: primero, por la agenda patriótica y, segundo, por las grandes inversiones”, afirmó.
Otra de sus razones es que cuando se cambia a una autoridad, ésta demora entre tres y seis meses en saber cómo manejar una institución.
El gobernante recordó que él, en su calidad de presidente de Bolivia, y su compañero Álvaro García Linera, como vicepresidente, son autoridades momentáneas, por lo que tienen los “días contados”.
“El tiempo pasa muy rápido, de esta gestión queda menos de un año. Primero me preparaba para festejar y ahora me preparo para llorar, porque ya hemos matado un año más, sólo tengo cuatro años”, afirmó.
Una década de gobierno
El Jefe de Estado cumplirá 10 años de gestión este 22 de enero, fecha en la que presentará su informe de gestión desde el inicio hasta la actualidad. La cita será en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), pero un día antes habrá una ceremonia religiosa en Tiwanaku.
Fuente: Página Siete