El encuentro de partidos y movimientos políticos es también oportuno para reiterar el respaldo al presidente venezolano, Nicolás Maduro, porque representa un reto para los gobiernos progresistas
Fabiola Almanza es asambleísta departamental de La Paz, en Bolivia, por el Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). Arribó a Caracas para participar en la XXV edición del Foro de Sao Paulo que comenzó este jueves.
La boliviana participa en el encuentro con los objetivos claros: más allá del debate que darán las organizaciones y movimientos sociales, uno de los objetivos principales ―apunta― es articularse para que se pueda implementar un nuevo mecanismo económico que dé al traste con el capitalismo.
En declaraciones a El Ciudadano, Almanza comentó que el espacio es una oportunidad para la reflexión profunda sobre la conexión entre los dirigentes y las bases y, después, están los retos mayores que tienen que ver con plantear que la articulación y la unidad se haga efectiva en inversión de parte de pueblos y Gobiernos que estén dedicados a desequilibrar el sistema capitalista planteando un mercado alternativo.
¿Qué importancia más allá de lo político tiene este tipo de encuentro de los partidos y movimientos de izquierda de Latinoamérica?
Almanza: La reflexión profunda sobre la conexión entre dirigentes y bases creo que es una importante meta que tenemos, porque no podemos venir a representar, principalmente quienes somos dirigentes, a las organizaciones o movimientos sociales sin la legitimidad que corresponde, y eso se ha expresado aquí en una primera parte del foro.
Después tenemos retos mayores que tienen que ver con plantear que la articulación y la unidad se efectivicen en inversión de parte de pueblos, de Gobiernos, que estén dedicados a desequilibrar el sistema capitalista planteando un mercado alternativo al solo sistema capitalista, porque si dependemos todo el tiempo del capitalismo de mercado, vamos a estar bloqueados siempre.
Creo que los retos de este foro están en comprometer a las organizaciones para acompañar a sus Gobiernos progresistas, en donde los hay, y en donde no, a conquistarlos, para que esta lucha continental y mundial proponga una alternativa en el sistema económico, pero también en la corriente política que tiene que ser alternativa al capitalismo.
Esto es, por ejemplo, crear como ya lo tenía en planes el Comandante Hugo Chávez con Fidel (Castro), con Evo (Morales) con (Rafael) Correa, con Cristina (Fernández de Kirchner), un banco alternativo, el banco de la Alba era. Ahora se puede incluso pensar en un banco intercontinental que relacione a otros países aliados de otros continentes como Rusia y China, para que eso sea un contrapeso ante los bloqueos de las patentes, de la importación de productos necesarios para el acceso a derechos como la salud que se están bloqueando ahora.
Nosotros estamos también, por otro lado, planteando el respaldo al Gobierno del presidente (Nicolás) Maduro porque él representa ahora un reto para los gobiernos progresistas. En el caso de que esto se consolide, que el proceso dé un salto cualitativo de este momento crítico que está pasando, gracias al bloqueo económico de EE. UU., significará la consolidación de todo el continente, y eso lo sabe Donald Trump.
Ante eso, nosotros vamos a manifestar no solo con documentos, sino también con movilizaciones frente a la Embajada de Estados Unidos y eso es lo que se ha planteado desde Bolivia, que se haga una movilización internacional, intercontinental, en contra del bloqueo económico contra Venezuela, contra Cuba y respaldando al gobierno de Maduro, dando la fortaleza para que el pueblo venezolano siga firme en sus convicciones, porque no podemos permitir que los recursos naturales sean entregados por esta presión que está sufriendo el Gobierno venezolano.
La lucha es desde el año 94 y ya son casi dos décadas en las que se ha resistido, se ha combatido, se han enfrentado estas arremetidas. Por eso es importante encontrarnos entre hermanos, intercambiar qué está sucediendo en la región.
Nosotros, que estamos aquí desde el día sábado, pues no hemos visto tal dramatismo que muestran en los medios. Sí hay, por supuesto, bastantes perjuicios, pero no al nivel de crisis que muestran los medios. Y esto significa que el pueblo está resistiendo y va a enfrentar lo que se viene ahora.
Es importante que Venezuela sea la ventana al mundo. No solo para que la gente que viene de todas las latitudes del mundo constate que sí hay un bloqueo, sino para que se vea que Venezuela está firme, con la frente en alto, porque es un pueblo soberano, es un pueblo digno que de cara a su proceso revolucionario va a caminar.
Hay países como Bolivia, Argentina, que tenemos a la vuelta de la esquina que lidian con procesos electorales que deben garantizarnos que los Gobiernos estén bajo el control del pueblo. No podemos entregarles ese control del poder político a títeres de estos imperialismos, porque simplemente depredan los recursos, los privatizan y la riqueza que se genera se queda en pocas manos.
Como en Bolivia, que eso es lo que hace el presidente Evo y su política de producción y generación de riqueza y distribución de la misma y ese es el secreto boliviano para el crecimiento y estabilidad económica.
Brasil, Argentina y Ecuador son ejemplos claros hoy de lo que pasa cuando esos títeres agarran el poder: invisibilizar, perseguir y encarcelar a la izquierda es el objetivo común. Venezuela puede ser puerta al mundo, pero Bolivia también lo es. ¿Cuánto está en juego para Latinoamérica en las elecciones de octubre de Bolivia?
Bolivia es un país que tiene una posición geoestratégica, porque territorialmente hablando, la posición de Bolivia es el epicentro de la irradiación de lo que se puede estar gestando y precisamente eso ha sucedido en una temporada en América Latina.
En Bolivia se consolida el liderazgo del Gobierno de la mano de Evo Morales y eso irradia a la Argentina; bueno, ya venía también de un proceso, pero se consolida el Alba, la Unasur, con la propia Chile, que ahora lastimosamente Bachelet se dio la vuelta, pero había procesos con mayor énfasis articulados con Correa en Ecuador, incluso Perú tenía una línea de centro, pero ahora ya no.
Eso no debe significar que lo que se plantea para el mundo no sea lo que necesita el continente, la región Latinoamericana, lo que se plantea es lo que necesita no solo la región, sino la humanidad. El problema radica en que nuestras fuerzas no son lo suficientemente efectivas para mantener el control de los Gobiernos y que el pueblo se haga cargo de la administración de la producción, de la distribución de los recursos que genera.
Bolivia ha sabido equilibrar, ha sabido estabilizar su equilibrio de manera que la alianza para gobernar desde Bolivia, en un Gobierno progresista, sea incluyente y eso se encuentra desde los pueblos indígenas hasta las clases medias o los empresarios. Evo tiene la capacidad de hacer confluir a todos y proyectar lo que se quiere, que es una economía mixta hacia un socialismo comunitario para vivir bien.
¿Cómo es un socialismo comunitario?
Es el sistema que Bolivia plantea al mundo para vivir bien. El socialismo es la administración de los medios de producción en las manos de la sociedad, que estos medios de producción dejen de estar en manos privadas y se trasladen a la administración social. Entonces, con ese concepto inicial, el socialismo comunitario tiene esa misma cualidad, pero partiendo del concepto de comunidad, no solo social, sino económico. Comunidades económicas que se interrelacionan, que intercambien en el mercado comunitario que no genera explotación del hombre por el hombre, sino complementariedad de la producción entre comunidades, y el consumo no sea desmedido, como lo fomenta el capital.