Seis meses después del golpe de Estado ejecutado contra el presidente Evo Morales, el gobierno de facto de Bolivia encabezado por la autoproclamada Jeanine Áñez, ha incrementado la represión y hundido a la nación en la miseria, en medio de la crisis por la pandemia de Covid-19.
Así lo aseguran analistas que fueron consultados por el portal web Página 12 con relación a las recientes protestas, cacerolazos y bloqueos realizados por los bolivianos en varias regiones, a pesar de la cuarentena, en rechazo a la ilegal aplicación de reconversión económica y la pretensión de la administración interina de prorrogarse en el poder.
«Estos seis meses de gobierno de facto arrojan un balance negativo, como no podía ser de otra manera. Su rasgo principal es el predominio casi absoluto del aparato del Estado (fuerzas armadas, policía y magistratura) sobre el resto de la institucionalidad. Y dentro del aparato del Estado, la policía mantiene un fuerte predominio sobre las fuerzas armadas, asegura Hugo Moldiz, exministro del gobierno de Bolivia (2015) que permanece asilado en la residencia de la Embajada de México en La Paz.
Por su parte, Adriana Guzmán, activa militante social e integrante del colectivo Feminismo Comunitario Antipatriarcal, advierte que «se ha utilizado el fundamentalismo de las iglesias para profundizar el racismo, la estigmatización de las personas no solo vinculadas al Movimiento al Socialismo (MAS) sino de las personas indígenas que han construido el proceso de cambio».
Entretanto, el sociólogo Boris Ríos sostiene que «uno de los problemas relacionados con la aplicación a punta de bota militar y policial, y persecución judicial por parte del régimen, es la cuestión del hambre del pueblo. Muchos sectores de la población, hombres y mujeres del campo y la ciudad que viven del día a día, se han visto en una situación muy precaria y ahora están en una contradicción terrible entre infectarse y morir por el coronavirus o morir de hambre».
Finalmente, con relación a las elecciones generales, Guzmán considera que Áñez apostará a «seguir alimentando la fragmentación y el racismo en la sociedad para que (el expresidente) Carlos Mesa sea la opción de centro supuestamente, por más que sea también cómplice del golpe y culpable de la Masacre del Gas«.
Te puede interesar…