El Gobierno de Nicaragua anunció que están preparados para asistir al diálogo cuando los obispos de la Conferencia Episcopal lo estimen conveniente y reiteró la importancia de este encuentro para la preservación de la paz.
Así lo informó Rosario Murillo, vicepresidenta de la nación centroamericana al ceder a la institución eclesiástica la convocatoria, tras la ola de violencia que cumplió ya 23 días y dejó al menos 47 muertos.
Murillo destacó que el Gobierno ha estado en todo momento en absoluta disposición de asistir cuando la Conferencia Episcopal convoque a la mesa del diálogo, «ya que están listo para entrar a esa fase histórica de estos tiempos nuevos, que por la gracia de Dios estamos viviendo».
«Sabemos que estamos en un ciclo que nos permite aprender, emprender y crear en nuestra Nicaragua, un nuevo capítulo de cultura política dialogante, un nuevo capítulo de cultura política tolerante, un nuevo capítulo que da continuidad a los tiempos que venimos viviendo de cultura política, democrática y un nuevo tiempo para la justicia y para la paz», acotó.
23 días han transcurrido en Nicaragua desde que la ola de violencia se desató contra el presidente Daniel Ortega, tras el rechazo a unas reformas a la seguridad social y que han continuado pese a que el Gobierno revocó la propuesta.
Según las cifras oficiales al menos 47 muertos dejaron las protestas violentas, la mayoría entre el 18 y el 22 de abril pasado, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras organizaciones humanitarias elevaron a 63 el número de los fallecidos.
Nicaragua está pendiente del comienzo del diálogo que protagonizarán el Gobierno y el sector privado, con la Conferencia Episcopal (CEN) como mediadora, pero todavía no se ha establecido una fecha para su celebración.