El próximo 7 de febrero el presidente de Haití, Michel Martelly, deberá entregar la banda presidencial tal y como establece la Constitución de ese país. Sin embargo, aún no se ha definido a quien será el encargado de recoger el guante de Martelly, que según la Carta Magna haitiana, tendría que ser el Primer Ministro o el Presidente del Senado.
Mientras, los actores políticos siguen discutiendo quién será la persona encargada de recibir la presidencia de ese país, sumergido en una crisis política producto del rechazo de la oposición haitiana de que Martelly, quien ocupa la presidencia desde el 2011, siga en el poder, y que se agudizó tras la renuncia a la contienda electoral del candidato opositor, Jude Celestin, por supuesto fraude.
El nuevo Gobierno temporal será el encargado de organizar la segunda vuelta electoral, que podría realizarse en tres meses, luego de que las manifestaciones iniciadas hace un mes por el presunto fraude retrasaran la segunda vuelta de las presidenciales prevista para el 24 de enero y el desmembramiento del Consejo Electoral Provisional.
La situación de violencia que se vive en Haití provocó además, el pasado viernes, la muerte de un menor estudiante cuando salía de la escuela, en un confuso incidente del que no se tienen muchos detalles.
Ayer el ministro de Información, Mario Dupuy, alertó que la soberanía podría perderse si continúa la situación de violencia y que el país podría correr el riesgo de intervención militar extranjera, si la oposición continúa con las acciones violentas y los actores políticos no pactan un acuerdo para elegir el próximo presidente: “Si continuamos enviando señales de que no podemos manejar nuestro país, lo harán por nosotros (…) podemos convertirnos en un riesgo para nuestros vecinos del hemisferio», alertó, Dupuy.
El ministro insistió en la importancia de mantener la estabilidad política para avanzar en el progreso económico de Haití e instó a los políticos a priorizar los intereses nacionales por encima de sus pretensiones individuales y facilitar la convocatoria de los comicios.