En los últimos años la Argentina (y porqué no Latinoamérica) ha transitado diferentes caminos ideológicos: desde Estados que llevaron a cabo políticas neoliberales privatizando empresas nacionales, permitiendo que se fugaran divisas e inversiones al exterior y descuidando la producción nacional; hasta Estados que intentaron intervenir en la economía, aumentar la inversión en servicios públicos y apostar a la industria nacional.
En octubre se avecinan nuevas elecciones presidenciales en Argentina con candidatos que representan diferentes posturas. Tras las PASO(elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) en la arena política se disputan el Poder Ejecutivo 6 candidatos desde la izquierda hacia la derecha.
A partir de investigaciones realizadas por distintas consultoras de opinión pública, las tendencias parecen arrojar como favoritos a Daniel Scioli del Frente Para la Victoria (por el mismo partido de Cristina Fernández de Kirchner, presidente actual de la Argentina, siendo su partido de centro izquierda y él estar ubicado más en el centro) , Sergio Massa de Unidos por Una Nueva Alternativa, y Mauricio Macri de la alianza Cambiemos, candidato más cercano a los valores de la derecha argentina.
Lo curioso es que estos candidatos cuya historia política y propuestas actuales podrían ser vinculadas a ideologías de centro y centro derecha, disfrazan sus discursos prometiendo cuidar la industria nacional argentina para acaparar a la mayor parte del electorado.
La Argentina tuvo ciertas políticas acertadas que generaron mayor redistribución de la riqueza, industrialización nacional, bajas en los índices de desempleo y pobreza, ampliación de derechos y nacionalización de empresas que habían sido privatizadas en los ´90. ¿A costa de qué? De cerrar las importaciones, permitir la compra de divisas con ciertos criterios y restricciones, “afectar” los valores tradicionales de los sectores más cercanos a la iglesia, entre otras políticas que permitieron incentivar el mercado interno. ¿Quiénes fueron los más afectados? Claramente los sectores más conservadores, dueños de los medios hegemónicos que se vieron perjudicados por las políticas tomadas en los últimos 12 años.
Se podría pensar que se ha instalado en la opinión pública un cierto rechazo a las políticas tomadas por los partidos, en el caso argentino y en otras regiones de América Latina, de centro izquierda y es por eso que se puede estar observando un cierto viraje de la centro izquierda al centro, centro derecha por el inconformismo y presión de los sectores conservadores que instalan en la arena pública como negativas aquellas políticas que generan mayor inserción de sectores marginales y minorías apelando gastos importantes que realiza el Estado, dejando de invertir en otras cuestiones.
A partir de esto, cabe interrogarse acerca de cómo repercutirán estás elecciones en el resto de Latinoamérica, si se diera el supuesto viraje a la derecha: ¿Habrá un efecto dómino y gobernarán los candidatos más conservadores en el resto de la región?