Década de los 90. Su nombre se hizo famoso luego que apareciera escrito a mano en una servilleta donde figuraba como uno de los jueces leales al gobierno de Carlos Menem (8 de julio de 1989 – 10 de diciembre de 1999). La nota la había escrito su padrino político, el influyente Carlos Corach, para entonces secretario de Legal y Técnica de la presidencia y considerado como uno de los “pesos pesados” de aquel gobierno.
15 de octubre de 1996. El nombre escrito en aquella servilleta de un bar era el de Claudio Bonadio, entonces secretario de Asuntos Legales del gobierno menemista. Aparecía en ese papel porque era parte de un organigrama de protección judicial de contrabandistas, corruptos y evasores, controlado por el entonces ministro de Justicia, Elías Jassan. La denuncia la realizó -a los medios de comunicación- Domingo Cavallo, quien dos meses antes había presentado su renuncia al Ministerio de Economía del Gabinete de Menem.
23 de agosto de 2018. Bonadio encabeza el proceso de allanamientos a tres viviendas de la senadora y expresidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner (10 de diciembre de 2007 – 9 de diciembre de 2015), quien aceptó que la justicia ingrese a sus domicilios para investigar su presunta vinculación en delitos de corrupción relacionados con sobornos que involucra a varios empresarios y políticos. De aquella denuncia realizada por Cavallo han pasado casi 22 años, escándalo del que el actual titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, no ha podido librarse.
10 Diciembre de 2015. Luego de un multitudinario acto de masas frente a la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo de la República Argentina, realizado la tarde-noche del 9 de diciembre donde el pueblo argentino despidió a Cristina Fernández de Kirchner (CFK) de la Presidencia, su sucesor -Mauricio Macri- tomo posesión del cargo y comenzó a ejecutar junto a sus aliados políticos, no sólo cambios trascendentales en las políticas sociales del gobierno de CFK y su antecesor Néstor Kirchner, sino también a elaborar tramas judiciales para tratar de vincular a la exmandataria y funcionarios de su gobierno en delitos de lesa humanidad y hechos de corrupción que hasta la fecha no se han podido probar, tal y como ocurre en Brasil con el Caso Lava Jato que se ejecuta contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
De la servilleta a cazador
Desde 2015 se han abierto seis causas penales contra CFK, cinco de ellas están en manos de Bonadio, quien se autodenomina como un cazador “deportivo”. Estas causas, auspiciadas por el gobierno de tratar de inhabilitarla legalmente como futura candidata presidencial -proceso en la que figura como favorita en las encuestas-, han sido denunciadas por la expresidenta quien ha denunciado a Bonadio de ser “el brazo de persecución” contra su persona.
Bonadio fue parte del gobierno de Carlos Menem que dejó a la Argentina sumida en la miseria con un déficit fiscal de 7.350 millones de pesos en 1999 y que originó que dos años más tarde, durante el gobierno de su sucesor Fernando de la Rúa, se originara estallido social y económico conocido como “corralito”.
Los antecedentes de Bonadio lo colocan también como principal actor en el encubrimiento y paralización de las investigaciones sobre el caso del ataque terrorista con coche bomba que sufrió la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, hecho perpetrado el 18 de julio de 1994 y que dejó 85 personas asesinadas.
La denuncia contra Bonadio la hizo en 2010 el fallecido fiscal Alberto Nisman, quien aseguró que el exfuncionario de Menem habría obstaculizado el caso durante cinco años para proteger a su padrino Carlos Corach. En esa oportunidad, Nisman también lo acusó por amenazarlo de muerte por más de una década.
Además de estar vinculado al gobierno del expresidente Ménem, quien en 2017 resultó condenado a siete años de prisión al ser hallado coautor de contrabando agravado de material bélico hacia Croacia y Ecuador entre 1991 y 1995, Bonadio se hizo cargo del caso de la AMIA luego de la muerte de Nisman, quien apareció muerto -con un tiro en la cabeza- el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero.
“Fernández, Cristina”, portada de la carpeta de Bonadio
Desde entonces, Bonadio ha pretendido involucrar a CFK en el caso AMIA, en el caso Hotesur, y actualmente en llamado caso de “los cuadernos de las coimas (sobornos)”, al que el exjuex menemista identifica como el Nº 9.608/2018 y titulado: “Fernández, Cristina Elisabet y otros s/asociación ilícita”.
A Bonadio lo ayuda también otro exfuncionario menemista, el fiscal Carlos Stornelli, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, quien fiscal federal durante el gobierno de Menem en 1993.
La persecución judicial contra CFK está basada en unos supuestos cuadernos que habría escrito un “chofer” del exfuncionario Roberto Baratta durante el kirchnerismo, y que habrían llegado a manos del periodista Diego Cabot del diario La Nación -corporación mediática radicalmente antikirchner-, el pasado 8 de enero de 2018.
Según explica el propio periodista, en una publicación de La Nación en su sitio web, una vez que estos seis cuadernos llegaron en una caja a sus manos “el 8 de enero de 2018 a las 13:38 horas de Buenos Aires”, comenzó a nutrirse “una de las tramas corruptas más detalladas de las que hasta ahora se tiene conocimiento”.
Según Cabot, “el chofer del auto, silencioso testigo de lo que sucedía en su Toyota Corolla en el que transportó a Roberto Baratta durante al menos 10 años, se encargó, con la precisión de un orfebre, de tomar nota de todo lo que podía escuchar. Intentó con cada detalle barnizar de veracidad su relato, no dejó escapar ni siquiera un número que veía al pasar, tomó las direcciones, los nombres, los montos y las características físicas de quienes no conocía. Y hasta el peso de los bolsos o las valijas”.
Sin embargo y a pesar de este lujo de detalles que escribió “el chofer” y que ha descrito Calbot con tanta precisión y que pudo analizar junto “a dos alumnos de la Maestría en Periodismo de la Universidad Di Tella (UTDT) y La Nación: Candela Ini y Santiago Nasra”, hasta la fecha no ha logrado ninguna implicación directa y certera contra CFK.
Comenta el mismo Calbot que a pesar de contar con aquella primicia en sus manos y trabajar en descocer la trama durante varios meses junto a Candela y Santiago, no fueron capaz de publicar la información en primera plana y decidieron dar toda su investigación a la justicia del gobierno macrista.
“Elegimos ésta última opción, aunque signifique ceder la primicia periodística y dejar en manos de la Justicia la investigación que habíamos hecho. Eso hicimos: entregamos nuestro trabajo y ofrecí mi testimonio”.
Una trama que divulgan La Nación, El Clarín y Perfil
Tampoco resulta extraño que a esta trama de persecución judicial contra Cristina Fernández de Kirchner se unan poderosas corporaciones mediáticas como La Nación, El Clarín y Perfil, empresas de comunicación que han sido abiertamente radical a los gobiernos de Néstor Kirchner y CFK.
Una clara evidencia son las innumerables publicaciones que se han realizado sobre las distintas causas que se adelantan contra la expresidenta y funcionarios del kirchnerismo, en donde se observa una clara línea editorial que invoca a culpar y dar argumentos que blinden el proceso de persecución judicial que lleva a cabo Bonadio y el gobierno de Macri contra Fernández.
Tal es la campaña contra CFK, que la figura de Claudio Bonadio y su perfil en los medios referidos, trata de enaltecerse al brillar como la gran figura “anticorrupción” de la Argentina, y hacen referencia a él como el encargado “de descubrir la verdad sobre la denuncia de que entre 2005 y 2015 habría funcionado un sistema de cobro de sobornos en los niveles más altos de Gobierno, que está causando conmoción en Argentina y la región por la cantidad de acusados y arrepentidos”.
Para dar con los presuntos culpables, el Estado argentino, en este caso el Ministerio de Seguridad de la Nación ha ofrecido recompensas por 500.000 pesos, para las personas que aporten información -con protección de su identidad- de los implicados en el llamado caso de «los cuadernos de las coimas”.
«No le tengo miedo a ningún juez pistolero, mafioso ni extorsionador», dijo CFK en 2015 alusión a un hecho ocurrido en 2001, cuando Bonadio asesinó de dos balazos a un supuesto delincuente que intentó asaltar a un amigo suyo en plena calle, causa por la que fue sobreseído alegando legítima defensa.
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