La Habana se alista para probar un nuevo modelo de transporte

El gobierno cubano estableció nuevas disposiciones que permiten el servicio de mas particulares en el transporte a través de taxis colectivos por rutas

La Habana se alista para probar un nuevo modelo de transporte

Autor: Chevige González Marcó

El transporte público es uno de los principales dolores de cabeza para los cubanos, sobre todo en La Habana. En ese sentido, el Gobierno dispuso entre los incentivos para emprendimientos particulares nuevas opciones para el servicio de transporte.

La Habana ya está lejos de la dependencia a los llamados «camellos» que resolvieron la emergencia generada en los años ’90, cuando la isla se encontraba en el denominado período especial. Aún así, su sistema es insuficiente para atender la demanda de sus habitantes y también su extensa lista de visitantes.

Es por ello que, en el contexto del nuevo impulso que las autoridades están dando a algunas iniciativas de emprendimiento, el transporte probará aun nuevo plan para la capital.

En los años ’90, estos vehículos llamados «camellos» fueron la alternativa para el transporte masivo. Foto: Web

23 rutas por «cuenta propia»

El 8 de octubre próximo es la fecha fijada para que comience en La Habana un experimento de transporte de pasajeros a partir de un sistema de 26 paradas  y 23 rutas asociadas de taxis, con una serie de incentivos económicos y fiscales a la par de regulaciones para los servidores privados que se acojan a la iniciativa.

En rueda de prensa, la viceministra de Transporte, Marta Oramas, aseguró que el servicio de transportación que brindan los trabajadores por cuenta propia “es hoy complementario, alternativo y necesario”.

“Todos sabemos que la demanda es insatisfecha y por ello es imprescindible ordenar los servicios de transportación de pasajeros en el país. Atendiendo a los reclamos de la población -en cuanto a la calidad y los precios que hoy tienen estos servicios, el estado técnico de los vehículos que se usan para brindarlos y las desviaciones manifiestas en la gestión del combustible- se ha decidido desarrollar este experimento”, explicó.

El objetivo principal, añadió Oramas, “es buscar un equilibrio entre los intereses del pueblo, los de los transportistas que decidan participar, y los del Estado y el Gobierno”.

Los típicos «almendrones» de La Habana. Foto: Web

Desde Jeeps hasta microbuses

La iniciativa se desarrollará en la capital, y a ella se pueden adherir transportistas con vehículos de los tipos auto, jeep, panel y microbús, con capacidad para entre cuatro y 14 pasajeros, que hoy llegan a 6.119 titulares de licencias de operación de transporte.

En el transcurso de los cuatro meses desde su puesta en vigor en la capital, el experimento se extenderá a las provincias de Mayabeque y Artemisa. Luego, en el transcurso de un año, debe extenderse al resto del país, ajustado a las características de cada territorio.

Para el sistema de rutas se han tenido en cuenta premisas como el acercamiento de la población a los centros asistenciales, que se vinculen con otros transportistas (estatales, cooperativos) y que incluyan nudos de intercambio poblacional.

Actualmente están operativas 14 de las 23 rutas, la primera de ellas abierta en marzo de 2017, y funcionan 18 de 26 de las paradas previstas. “Se han comenzado a gestionar con el objetivo de monitorearlas y poder apreciar su funcionamiento, las preocupaciones, comentarios y sugerencias que nos llegan de la población, con el fin de perfeccionar lo más posible el experimento para cuando finalmente se ponga en vigor”, dijo la viceministra.

A partir del 8 de octubre se publicarán las 23 rutas y sus características en la prensa. El precio del servicio será de cinco pesos el pasaje en tramos de hasta ocho kilómetros. Según explicó Oramas, “si un pasajero comienza su viaje en un punto de un tramo y termina en un punto de otro tramo, el precio del pasaje es la suma de los tramos que ha recorrido. Es el mismo principio que hoy funciona en los servicios en ruta que están operando en la capital”.

Incentivos

Los transportistas tendrán varios incentivos para participar en el experimento. El combustible que consumen tendrá precios diferenciados. Igualmente, el experimento prevé la posibilidad para los porteadores participantes de adquirir partes y piezas en un mercado mayorista de acuerdo con la disponibilidad estatal.

Oramas precisó que “se prevé fundamentalmente la planificación de los recursos más gastables en el servicio, que son las baterías y los neumáticos”.

Paralelamente, dijo, el Ministerio de Transporte desarrolla un plan para la habilitación de una red de talleres que comprende más de 30 instalaciones en la capital, “a los cuales estos porteadores privados, en su momento y de manera organizada, de acuerdo con el servicio que se brinde allí, también tendrán la posibilidad de acceder”.

Como regulación, estarán obligados a cumplir con consumos mínimos y máximos de combustible de acuerdo con el tipo de vehículo, su capacidad y la clase de combustible, que se especifican en la resolución 175/2018 del Ministerio de Transporte, publicada en la Gaceta Oficial No. 35. Los titulares de licencias de operación de transporte podrán, igualmente, acogerse a las modalidades de taxis libres o clásicos o de alto confort.

En el caso de los taxis libres, estos operarán bajo el principio de oferta y demanda, sus precios no estarán regulados, no podrán interferir, ni gestionar pasaje en las rutas asociadas a este sistema de piqueras, y tampoco interferir en los servicios de alto confort o clásico. «Este último es todo el servicio que se desarrolla a cualquier lugar del país, a cualquier destino, desde las piqueras exclusivas para el turismo, en hoteles, en casas de renta, en centros feriales, centros comerciales, desde la propia agencia de taxis”, concluyó Oramas.


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