«Preocupa la dinámica política que ha tenido todo esto y el involucramiento de actores políticos de distintos países de Latinoamérica, y eso sí lo considero grave», se refirió Luis Almagro, secretario general de la OEA, acerca de la investigación denominada Panamá Papers que filtró millones de documentos internos de la firma Mossack Fonseca, especializada en generar sociedades offshore, y destapó empresas radicadas en paraísos fiscales que involucró a más de 140 funcionarios, celebridades y hasta jefes de Estado del mundo, entre ellos, Mauricio Macri, el actual presidente de Argentina.
En la apertura de la asamblea de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Punta Cana, el ex canciller uruguayo opinó: «Tal y como está planteado el tema, realmente nos afecta mucho, hay entornos de candidatos a elecciones (señalados en los papeles revelados), hay mucho sistema político involucrado en eso».
Para el secretario general, luego de este escándalo, Panamá «también debería ir ajustando su legislación» porque «los países, para ir al desarrollo, deben asumir estas responsabilidades internacionales, de transparencia». Y añadió que esta situación obliga a adoptar un mayor control de la evasión fiscal y del lavado de dinero.
Además de Mauricio Macri (único presidente de América Latina implicado directamente), dentro de los nombres que figuran en los documentos analizados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), está el de Néstor Grindetti, exministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Macri y actual intendente de Lanús, una localidad de la provincia de Buenos Aires; Pedro Miguel Delgado, extitular del Banco Central de Ecuador; César Almeyda, jefe de Inteligencia de Perú en 2003 y ex asesor del presidente Alejandro Toledo; Alfredo Ovalle, expresidente de la Confederación Chilena de la Producción y del Comercio, entre otros.