Haití, el país más pobre, y El Salvador, la nación más pequeña de América Latina, pusieron muy alto la dignidad latinoamericana en el hemisferio al desmarcarse de la política exterior imperialista de la superpotencia estadounidense esta semana en la Reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y así contribuyeron a impedir una muy elaborada maniobra que pretendía aplicar contra Venezuela la Carta Democrática Interamericana, con el objetivo de expulsarla de la organización.
Recuerdo que hace años, especialmente cuanto Haití sufría la dictadura de Françoise Duvalier y su hijo Jean-Claude (Baby Doc), invariablemente la cancillería haitiana fingía objetar todos los asuntos promovidos por Washington en la ONU o la OEA pero nadie prestaba atención a ello porque se sabía que al final Haití votaría igual que todos los demás siervos estadounidenses de la región, a cambio de una mayor o menor limosna.
Pero ahora los tiempos han cambiado y la fundamentación del voto haitiano ejercido por el Embajador haitiano Harvel Jean-Baptiste, fue excepcionalmente convincente y enérgica:
“El momento es grave y va mucho más allá del tema de Venezuela. Las acciones del secretario general debilitan nuestra organización. Sus acciones no nos tranquilizan en absoluto con respecto a la paz y la estabilidad en la región. Si dejamos que el Secretario General, como lo hace sin reservas, interfiera en los asuntos internos de un país y en detrimento del principio de respeto a la soberanía, pronto Haití y otros países de la región podrán ser, también, víctimas de la misma desviación de la organización.
“….nuestro apoyo a Venezuela es una cuestión de principios. Si permitimos que cuaje la amenaza de golpe de estado maquillado contra el gobierno electo de Venezuela, no podremos evitar que lo mismo ocurra en el futuro contra otros países de las Américas.
“… lo que está sucediendo a la OEA en este mismo momento augura días oscuros para la organización hemisférica y para nuestra región. La convocatoria de una reunión del Consejo Permanente para tratar la situación de un Estado miembro bajo la amenaza de suspensión de dicho Estado, y tratar de forzar elecciones anticipadas contra un presidente democráticamente elegido, nos hace temer la implementación de una agenda que no se corresponde con el espíritu y letra de la carta de la organización”, argumentó el representante del Gobierno de Haití.
Por su parte, el Gobierno de El Salvador expresó oficialmente en la reunión que, a partir de su experiencia como país que mantuvo un largo conflicto armado, que la vía del diálogo debe privilegiarse para encontrar soluciones, preservar la convivencia pacífica y alcanzar un acuerdo de estabilidad democrática en Venezuela. Todo apoyo que podamos brindarle debe ser sobre la base del respeto a su soberanía y a la no intromisión en sus asuntos internos. Ni la OEA ni sus miembros tienen facultades ni derecho a intervenir en los asuntos internos o externos de otro Estado. Ni la declaración propuesta ni el informe presentado por el Secretario General Almagro cumplen con los reglamentos, ni tienen el consentimiento del Estado en cuestión».
Gedeón Santos Ramos, Representante dominicano ante la OEA, expresó que para que la organización pueda jugar un papel vital en el futuro, es necesario volver la vista con actitud reflexiva y autocrítica al pasado de la propia OEA. “Debemos afrontar con acritud y sin miedo los errores del pasado, para asegurar que nunca jamás se repitan. En 1965 se intentó imponer desde esta institución una solución para una crisis que vivió mi país, lo que constituyó en un grave error que llevó a la OEA a tener que pedir perdón en la pasada Asamblea General. No tentemos más la capacidad de perdonar de nuestros pueblos. La cancillera de Venezuela, Delcy Rodríguez, agradeció a los países que acompañaron a su país en la votación, sus aportes a unos resultados que consideró un hito histórico en la política exterior de Caracas dentro de la organización.
Rodríguez criticó la posición de quienes mantienen una postura intervencionista que es dirigida desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, y solicitó de los gobiernos que apoyaron la injerencia que se retracten.
Anunció que Venezuela tomara en cuenta la resolución aprobada en la República Dominicana para continuar la evaluación del accionar del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, y que próximamente Venezuela emitirá una nota de protesta contra los países que pretendan acciones injerencistas contra su país.
La ministra agradeció el valor de las naciones que defendieron la dignidad de sus países y la soberanía de Venezuela frente a las brutales acciones desplegadas por Estados Unidos y agradeció al pueblo venezolano por haber salido a batallar en las calles por la soberanía de su patria, al tiempo que reconoció el papel de los movimientos populares progresistas y de izquierda del mundo que expresaron su solidaridad con Venezuela y repudiaron las declaraciones de Almagro.