Muchas son las cosas que se han dicho sobre Venezuela, es especial los medios de comunicación que han situado en el tope de las matrices de opinión algunas, según ellos «verdades» al respecto de este país petrolero, que, a escala internacional, han tenido credibilidad. Sin embargo pasaremos a describir tres de ellas, -las más repetidas-, y que, pueden ser desmontadas con facilidad.
Primera verdad: Venezuela es una dictadura y el gobierno viola sistemáticamente los derechos humanos de la población.
Si nos referimos a los derechos humanos de Primera Generación, es importante recordar que:
Basta con analizar el sistema electoral de los Estados Unidos (EE. UU.), allí es elegido como primer mandatario el que tiene mayor cantidad de delegados y no quien tiene u obtiene más votos. Hecho visto claramente en las elecciones de Donald Trump.
Todos los medios de comunicación radiales, de prensa escrita y de televisión en Chile, pertenecen a dos consorcios privados con idéntica ideología derechista.
Entre otros datos sobre la violencia en la América podemos destacar a Colombia con 3.700 ejecuciones extrajudiciales; México con 112 candidatos (leyó bien, postulantes políticos), asesinados en las últimas elecciones y EE. UU. (país que no puede faltar en la lista por sus desmanes en derechos humanos), con 2.300 niños inmigrantes enjaulados, esto sin tomar en cuenta las muertes de afrodescendientes en manos de la policía, que son denunciadas casi a diario como brutalidad policial o mal procedimientos y en muchos de los casos los autores salen impunes.
En cuanto a Venezuela y manteniendo la temática, sólo diremos que:
Venezuela lleva récord de elecciones en América, con 25 en 20 años de mandato de la izquierda (hecho democrático por excelencia), de estas la oposición ha ganado dos, y en las que ha perdido (23), ha reclamado fraude, y el Consejo Nacional Electoral (ente rector de este país), ha auditado hasta el 100 por ciento de las mesas, para dar certeza de estas, junto a testigos de la misma oposición. Además, las votaciones, siempre han estado con acompañamiento internacional, y por si fuera poco Jimmy Carter a través del Centro Carter, ha dado un espaldarazo al sistema electoral catalogándolo como el más transparente del mundo.
Los grupos de oposición denominados antichavistas, en contraposición tienen en su haber eventos, que no tienen mucho que ver con la defensa de los derechos humanos, solo por mencionar algunos en primer lugar tenemos un golpe de Estado (derrotado), segundo un paro patronal-petrolero (derrotado), tercero un intento de magnicidio en grado de frustración con explosivos C-4 altamente letales con metralla (frustrado) y cuarto dos insurrecciones (derrotadas), las cuales tuvieron como zona de acción las zonas de hábitat de los ricos o privilegiados del país, que dejaron cientos de manifestantes muertos.
De estos hechos cabe destacar el caso de Orlando Figuera, un joven de 21 años que por ser “moreno” se le tildó como chavista, motivo por el que fue golpeado, apuñalado y quemado vivo, hecho que le causó la muerte pocos días después en un hospital de la ciudad de Caracas, capital de este país petrolero.
Si nos referimos a la libertad de expresión, derecho humano fundamental, que se ha tomado como bandera para endilgar visos de dictadura al actual Gobierno, vale solo con abrir cualquier diario, o ver cualquier canal de televisión que no sea del Estado o emisora de radio, para darse cuenta que en su totalidad son abiertamente opositores, y que en sus programas informativos, de entrevistas y de cualquier índole, tienen un abanico de mensajes que tienen abiertas críticas y en algunos casos han hecho llamados al derrocamiento violento del Gobierno. En las herramientas comunicacionales digitales es posible ver llamados a asesinatos de militantes o simpatizantes chavistas.
Pese a esto, el único periodista asesinado fue Ricardo Durán, comunicador chavista asesinado por sicarios de la derecha en 2016.
Si nos referimos a los “presos políticos” (que en la realidad son políticos presos), es imposible no caer en contradicción cuando existen confesiones de hechos ilícitos o delictivos y se les quiere mantener bajo esta descripción colocada inicialmente en el párrafo. Este es el caso del diputado Juan Requesens, el cual confesó, ante una cámara de video, haber participado en la logística del magnicidio en grado de frustración contra el Presidente y fue apresado (con todo derecho), sin embargo los sectores opositores siguen repitiendo que es un “preso político”.
Pero, si el diputado “progresista” chileno Gabriel Boric (de probadas relaciones carnales con agencias de inteligencia de EE. UU.) apoya que, Antonio Ledezma (dirigente opositor venezolano en exilio), por haber sido alcalde de Caracas, tiene derecho a reprimir impunemente a jubilados, desviar fondos públicos para apropiarse de ellos, o puede llamar a una invasión colombo-estadounidense de su propio país, pues nos hace pensar, que sus relaciones carnales le están, por decir menos, nublando el juicio.
Luego de la argumentación presentada, se hace insostenible la categorización de “dictadura”, por lo que, algunos actores políticos han levantado sus voces para reclamar los derechos de Segunda Generación (salud, educación, vivienda, cultura, etc.), los que, según indican, el Gobierno venezolano no lo asegura, debido a mal manejo económico.
No obstante, estas infaustas declaraciones en contra del país suramericano, las cifras que se manejan en esta nación, hablan por sí solas, 2 millones de viviendas para sectores sociales desposeídas, cada una de aproximadamente 72 mts2, las que son entregadas de manera gratuita. Por si esto fuera poco, el país cuenta con un gran sistema educativo universitario que permite a todos los venezolanos tener acceso a ellas, dando como resultado que Venezuela sea el país con la mayor cantidad de universitarios graduados en la región. En salud, el país cuenta con cobertura del 60 por ciento en Atención Primaria (un médico por 1.500 personas)
Segunda verdad: En Venezuela las personas mueren de hambre y enfermedades prevenibles.
Desde la muerte del presidente Hugo Chávez Frías en marzo de 2013, y con mayor fuerza luego de que Barak Obama emitiera la Orden Ejecutiva que en marzo de 2015 declaró a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria contra la seguridad de EE. UU.”, se han ido ejecutando una serie de medidas que van en la búsqueda de la asfixia del pueblo venezolano a través de bloqueos financieros, que el actual presidente Donald Trump, ha ejercido con mayor ahínco, prohibiendo las transacciones norteamericanas con entidades del Estado Venezolano. Sumándole que la empresa privada goza de excelente salud, -a pesar de lo que muchos creen-, es asó como se nos presenta una situación que no puede ser denominada de otra forma sino como “la tormenta perfecta” en la que combinan:
- Una baja fuerte del 97% en los precios del petróleo (elemento que representa prácticamente la totalidad del ingreso de divisas, el “salario” del país).
- El bloqueo financiero internacional (anteriormente expuesto), que impide y dificulta las importaciones (en un país lamentablemente rentista, con única dependencia de importaciones, incluidas medicinas y alimentos).
- El acaparamiento, contrabando de extracción y mercado negro, como elemento de sabotaje concertado de todos los actores involucrados en el aparato de distribución (más del 95% en manos de empresas privadas).
Todo esto ha llegado a ser una verdadera hecatombe, cuyo punto mas drástico y dramático fue en el año 2016, donde de manera sistemática escasearon medicamentos en general, alimentos e insumos.
Desaparecieron de los espacios administrados por el Estado y particulares, pero no en los sectores ricos. Las faltas de estos insumos básicos aumentaban en coyunturas, para luego reaparecer a precios insólitos, que no tienen vinculación a ningún precio de producción o de adquisición de los comerciantes.
Lamentablemente, estas acciones han tenido repercusión en la población, regresaron los altos índices de pobreza con niños en la calle, personas comiendo de la basura, aumentaron los casos de desnutrición, enfermedades que pudieron ser prevenidas y muertes por falta de insumos necesarios para la vida.
Esta realidad no es muy distinta a varios países de Latinoamérica, y vecinos (véase la desnutrición y mortalidad infantil en la Guajira colombiana), pero, al haber sido casi erradicadas por completo en la primera década del mandato chavista, es claro que su vuelta a la realidad actual es además de desconcertante, sumamente preocupante ya que marca un retroceso de eventos superados en la población.
Para ese entonces, en el año 2016, el Gobierno nacional decidió tomar cartas en el asunto para resolver la grave crisis, el sector privado se ha mantenido al margen. Para ello activo dos planes de gran importancia en la contención de lo que sucedía.
Inicialmente se tomó como medida de ayuda alimentaria para la población los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), organizaciones comunales estructuradas que se encuentran presentes en cada barrio y urbanización del país, que determinan la distribución mensual, con un censo casa por casa, que permite adjudicar de forma efectiva cajas con alimentos para alrededor de 10 millones de familias. Estas son entregadas luego de cancelar un precio si se quiere simbólico.
Esta acción alivia en parte la brutal escasez. En la actualidad, se encuentran alimentos en los anaqueles de la empresa privada, hecho que ha “normalizado” la escasez, sin embargo a precios inflados día a día (artificial e ilegalmente). Esta distribución de alimentos a través del CLAP se ha mantenido de manera cada vez más eficiente y, según declaraciones de las autoridades del sector alimento, se mantendrán todo el tiempo que sea necesario.
En el aspecto de la salud, la Atención Primaria se aumentó de un 60 por ciento a un 100%, ejecutando de forma periódica y gratuita jornadas masivas de vacunación, hechos que han permitido atacar de forma efectiva el brote de la difteria que inició en julio de 2016 (324 casos ese año, 1040 en 2017 y 660 en 2018). Si es cierto que los insumos siguen faltando, se han ido habilitando cientos de quirófanos, baja el nuevo Plan Quirúrgico Nacional, lo que ha permitido que el los dos últimos años se hayan realizado más de 500 mil cirugías de forma gratuita en todo el territorio de ese país. Cabe destacar que la escasez actual de medicamentos, aún no ha podido ser resuelta de manera satisfactoria.
Tercera verdad: Todo quien puede huye de Venezuela, lo que ha generado la mayor crisis migratoria de Latinoamérica. La crisis de los refugiados venezolanos.
Comenzaremos por conceptualizar los términos,
Migrante: Persona que cambia su lugar de residencia habitual, sin importar la causa.
Refugiado: Migrante desplazado de manera forzosa, por razones de persecución, y que no cuenta con la protección de su Estado (o es perseguido por el mismo), por tanto no puede volver.
Resalta África que cuenta con 36 millones de migrantes, de los cuales más de 6 millones son refugiados. Cruzando el Mediterráneo, han muerto a la fecha 17 306 personas.
La gran cantidad de refugiados sirios, desde el inicio de la guerra, es de 5 millones aproximadamente.
En América (sin mencionar las actuales Caravanas Centroamericanas que van hacia EE. UU.):
El 11% de los habitantes de Haití han migrado (a EEUU y Dominicana).
11 millones de mexicanos han migrado a EE. UU.
12,4 millones de colombianos se han debido desplazar forzosamente (7,7 millones dentro del país y 4,7 millones fuera), de los que, casi medio millón son refugiados. La mitad vive en Venezuela.
De Venezuela han migrado desde la Orden Ejecutiva de Obama (2015) 2,5 millones, de los cuales 5 mil son refugiados.
En 2017, la distribución por nivel socioeconómico de los migrantes venezolanos fue: 35% nivel alto, 17% nivel medio alto (total: 52%). 36% nivel medio, y 12% nivel bajo.
59.2% son universitarios, 64.7% se van con ahorros y 45.3% vendió propiedades.
Con el plan “Vuelta a la Patria” han regresado a su patria alrededor de 10 mil venezolanos en vuelos gratuitos (pagados por el Estado), desde Perú, Ecuador y Brasil principalmente. También desde Chile y Panamá.
El número realmente es marginal frente a la magnitud de la migración, pero si analizamos un poco, es extraña una “dictadura” a la cual vuelve la gente en vuelos del gobierno (que lo digan los chilenos que llevaron durante 17 años, cual marca de campo de concentración, la ignominiosa “L” en su pasaporte).
Las verdaderas crisis migratorias y de refugiados en la actualidad las tenemos principalmente en el continente africano (con el cementerio libio como puerto de salida a Europa), también podemos nombrar a Siria, que se encuentra devastada por una guerra de 7 años, Norteamérica, la que. Según su presidente Donald Trump, pretende la construcción de un muro para frenas o detener a los mexicano y centroamericanos que quieren ingresar a su país, en búsqueda de una mejor vida, vendida principalmente por los aparatos culturales de esa nación, y Colombia la que se encuentra con más de medio siglo de guerra, narcotráfico y despojo.
No se puede negar que la migración venezolana ha aumentado dramáticamente, pero, se debe dejar claro, que este país históricamente ha sido receptor de migrantes. Portugueses, ecuatorianos, colombianos, españoles, peruanos y dominicanos escapando del hambre, la pobreza y las dictaduras en la segunda mitad del siglo XX.
El mayor daño que genera la migración, entendida como elemento social en la que muchos de los que migran inicialmente son los más capacitados en las áreas de desarrollo y producción, comienza a crear una crisis principalmente de recurso humano y talento, lo que hace más difícil salir de la crisis.
Por otro lado, los países receptores, reciben y solicitan “ayuda humanitaria” que es recibida con beneplácito, sin saber a dónde llega, además de que con la llegada de los venezolanos les llueve un ejército de mano de obra barata, mucha de ella profesional.
La fabricación de este fenómeno migratorio combina 1.- Asedio (exitoso ataque a las condiciones de vida al interior del país). 2.- Fuga de cerebros (ventajas comparativas, legales y laborales, v/s otros migrantes, en países receptores). 3.- Demonización mediática del gobierno.
El trato diferencial a migrantes cubanos v/s centroamericanos en EE. UU., o a venezolanos v/s haitianos en Chile, son ejemplos más que claros del plan aplicado.
En estos tiempos de información globalizada, en la que los grandes medios del mundo están realmente en pocas manos y que se ocultan bajo ciertos intereses, es necesaria la investigación y la búsqueda de la información real de manera independiente. Se debe por todos los medio siempre desconfiar, dudar para así verificar y desmentir, es la única forma de acercarnos a la verdad o la realidad. No permita que se lo cuenten, indague y apodérese de la información.
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