Rayuela es la novela más representativa de uno de los autores más prolíficos de América Latina: Julio Cortázar. Su publicación en 1963 marcó un parteaguas en la narrativa universal y liberó de alguna forma a generaciones enteras de escritores. Es una obra cuyo formato es tan libre que explica por medio del ejemplo que en la literatura y en el arte no hay moldes rígidos, y que es responsabilidad del artista ser incisivo y descubrir nuevas formas de narrativa.
Cortázar, el cronopio, se inmortalizó con esta obra, y los personajes que cobran vida en sus páginas desde ese 3 de octubre se unieron al imaginario colectivo de toda América Latina.
Hace tiempo circularon por Internet algunas ilustraciones que mostraban visualmente ciertos fragmentos y frases de este libro. En el momento las guardé en una computadora que desafortunadamente murió a merced de una inestable taza de café. Ahora que existe este sitio de difusión cultural, me di a la tarea de encontrar al artista responsable. Cuando me lo propuse me pregunté algo similar a lo que se pregunta el protagonista de la novela en cuestión en la primera línea del libro: ¿Encontraría a la Maga?
Hoy les comparto mis hallazgos, con la esperanza de que las ilustraciones les comuniquen algo y los ayuden a revivir fragmentos memorables de este libro que contiene muchos libros y que cambió mi manera de entender la literatura:
Para ser completamente honestos, mi búsqueda fue infinitamente más sencilla que la de Horacio Oliveira quien esperaba, caminando por las calles de París, encontrar a la Maga por casualidad. A mí me bastó poner el buscador de Internet las palabras “Ilustraciones” y “Rayuela”, dar un par de clics y ahí estaba: Celeste Ciafarone.
Esta ilustradora comparte nacionalidad con Cortázar. Actualmente vive en España y es licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia.
Descubrí, para mi agrado, que desde que encontré por casualidad las ilustraciones en Internet, la artista ha tenido a bien sacar una segunda parte que complementa las primeras diez. Esta consta de doce ilustraciones de la novela.
Estas pequeñas postales muestran la interpretación de Celeste de algunos de los fragmentos más poderosos de la obra, y nos ayudan a sumergirnos de nuevo en el universo maravilloso que es Julio Cortázar, y a recordarnos a los que ya salimos de la infancia que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.
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VÍA: http://culturacolectiva.com/