Uno de los sueños del gobierno de Lenín Moreno es que Ecuador se convierta en un miembro pleno de la conservadora Alianza del Pacífico, que actualmente integran Colombia, Perú, Chile y México.
Así lo reiteró este martes el ministro de Relaciones Exteriores, José Valencia, quien manifestó que en la primera fase la integración con ese bloque será como «observador», «pero Ecuador planea continuar incorporándose, a través de los instrumentos requeridos, y convertirse en algún punto en un miembro pleno”.
Ya en julio, la administración del presidente Lenín Moreno manifestó su intención de ser miembro asociado de la alianza con el objetivo de lograr «toda la apertura comercial» que, según ellos, necesita Ecuador.
«Nosotros miramos a la Alianza del Pacífico como una natural proyección de Ecuador hacia la cuenca del Pacífico, que a todas luces será el eje de la actividad económica en el mundo en los próximos siglos”, aseguró el Canciller durante una entrevista concedida a Radio Quito.
Entre los supuestos beneficios que traería esa incorporación mencionó que se «abrirán las puertas del país a la producción nacional y al comercio internacional», refirió una nota de prensa de la Cancillería.
Para Ecuador atrás quedaron los días en que junto a los demás países de la región luchaba por alcanzar un comercio justo, sin tratados de libre comercio, a través de bloques de integración como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), a los que Moreno decidió darles la espalda.
El retiro de la ALBA lo anunciaron el pasado 24 de agosto y sobre la Unasur también han lanzado sus dardos. La aspiración ahora parece ser ocupar aquellas instancias en las que detrás está la sombra de Estados Unidos y las trasnacionales.
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