Luego de una muy temprana reunión de gabinete, el presidente argentino Mauricio Macri partió a las 9.35 desde el sector militar del aeroparque Jorge Newbery, acompañado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para visitar la planta de la empresa Fiat Chrysler en Córdoba y asistir a un plenario del Foro Nacional de Intendentes Radicales. Por lo que tuvieron que dar la cara por el escándalo de Panamá Papers fueron sus ministros.
El jefe de Gabinete Marcos Peña, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el ministro de Jusiticia Adrián Garavano dieron una conferencia de prensa esta mañana donde trataron de desligar completamente a Macri de las acusaciones de corrupción y lavado de dinero. «No hay nada que explicar», sentenció Peña.
«El Presidente no tiene ni cuentas ni activos no declarados en Panamá ni en ningún otro lado», insistió una y otra vez el funcionario, añadió que por este motivo «no hacía falta declararlo» y reconoció que el jefe de Estado «solo apareció como director (de una empresa) sin activos ni capital (…) con lo cual hay que llevar una enorme tranquilidad de que no hay nada que ocultar».
«No es cuenta, es una sociedad» y «no hay empresas con activos declarados», agregó en ese sentido Peña y aseguró que el Gobierno no tiene más precisiones al respecto sino a través de «los rumores» publicados en «los medios de comunicación». Además, insistió en culpar al empresario y padre del presidente, Franco Macri, quien designó en la empresa encontrada en un paraíso fiscal «a familiares de confianza».
«Lo que hay no hacía falta declararlo porque no son cuentas. Acá hay una sociedad declarada ante la AFIP, por lo tanto no hay posibilidad de que haya sido para algún ilícito», añadió.
Por último, consultado por Kagemusha SA, otra sociedad offshore en la que Mauricio Macri figura como director, el jefe de Gabinete dijo que les llegó «el mismo rumor»: «Es una empresa del padre que se constituyó para un fin y no hubo movimientos. No tiene activos ni movimientos».
Parece que a la sociedad le alcanza con «rumores» para que la tranquilicen. ¿Cómo terminará este caso?