Luisa González, abogada y exasambleísta de 47 años, busca convertirse en la primera presidenta electa de Ecuador en los comicios de la segunda vuelta del próximo 13 de abril, con el objetivo de recuperar el poder para la izquierda en el país sudamericano.
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La aspirante, apoyada por su mentor, el expresidente progresista Rafael Correa (2007-2017) y líder del Movimiento Revolución Ciudadana (RC), logró una primera vuelta ajustada el pasado 9 de febrero, enfrentándose a su rival, el mandatario ecuatoriano y candidato a la reelección, Daniel Noboa.
Noboa, de centro-izquierda, obtuvo el 44,17 % de los votos, superando por un estrecho margen (16.746 votos) a González, quien alcanzó el 44 %. Así, el «correísmo», como se conoce al RC, logró su mejor resultado en una primera vuelta desde que Correa dejó el poder, superando el techo de su «voto duro», que históricamente ha sido del 33 %.
De cara al balotaje, González, de personalidad carismática y temperamento fuerte, ha intentado potenciar su imagen y reorientar su estrategia en busca de votos, realizando recorridos por provincias clave y encuentros con diferentes sectores descontentos con la gestión de Noboa.
La candidata, quien perdió ante Noboa en las elecciones anticipadas de 2023, ha recibido el apoyo de una parte del movimiento indígena, sectores empresariales y partidos políticos de izquierda con miras al balotaje.
Un punto crucial fue el respaldo del Movimiento Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que firmó un acuerdo programático con el RC para apoyar a González. Este acercamiento con los indígenas es clave, especialmente después de que su candidato en la primera vuelta, Leonidas Iza, obtuvo solo el 5,2 % de los votos, un porcentaje que podría resultar decisivo en el balotaje.
Analistas prevén una elección reñida entre ambos políticos, ya que las últimas encuestas de intención de voto reflejan márgenes estrechos y sin un claro favorito.
Si gana, González se convertiría en la primera mujer en llegar a la Presidencia de Ecuador, representando a las fuerzas progresistas, sociales y de izquierda. Su eventual victoria significaría el regreso al poder de la Revolución Ciudadana, movimiento de tendencia progresista que es la principal fuerza política en un Ecuador políticamente atomizado.
González, quien es una devota cristiana, deportista y amante de los tatuajes, ha afirmado que, en caso de ganar la Presidencia, no desarrollará un gobierno a la sombra de Correa. Asegura que quien dará la cara y tomará las decisiones será ella.
Correa, actualmente radicado en Bélgica tras ser condenado en 2020 a ocho años de cárcel por delitos de corrupción en Ecuador, no puede regresar al país.
La candidata, quien pertenece al círculo cercano del expresidente socialista, ha defendido el legado de Correa y sus políticas sociales durante su década en el poder. En sus actos de campaña, González, conocida por su sonrisa fácil, promete «revivir» Ecuador, un país agobiado por problemas económicos, falta de empleo, corrupción e inseguridad con altos niveles de criminalidad.
González ha expresado su compromiso con las necesidades reales de la gente, ofreciendo una visión de país inclusiva. Ha prometido trabajar para garantizar que la educación, la salud, el empleo y la seguridad sean derechos fundamentales y accesibles para todos.
«Esta patria, que tiene siete millones de personas en pobreza necesita un cambio», dijo la semana pasada González, en un festival urbano en el populoso sector Cristo del Consuelo, en la ciudad de Guayaquil (suroeste).
González ha prometido crear dos millones de empleos en cuatro años para fortalecer el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. En cuanto a seguridad, planea tomar el control de los puertos, aeropuertos y fronteras, y fortalecer las Fuerzas Armadas y la Policía con inteligencia, tecnología, capacitaciones y equipamiento.
González, quien proyecta una imagen seria y ha tenido un tono confrontativo con Noboa, ha reformulado su narrativa con el eslogan «Luisa por la vida», con el que busca conectar con el electorado en medio de la ola de inseguridad que golpea al país.
Divorciada y madre de dos hijos, González nació en Quito el 22 de noviembre de 1977 y ha vivido la mayor parte de su vida en Canuto, un poblado campesino en el cantón Chone de la provincia costera de Manabí (oeste), de donde es originaria su familia.
La abogada, quien disfruta de la cocina y el baile, tiene dos maestrías: una en Alta Gerencia por el Instituto de Altos Estudios Nacionales y otra en Economía Internacional por la Universidad Complutense de Madrid, España. Ocupó varios cargos públicos durante el Gobierno de Correa y ganó una curul en la Asamblea Nacional (Congreso) para el período 2021-2025. Sin embargo, terminó su etapa como asambleísta el 17 de mayo de 2023, cuando el entonces presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional en medio de una crisis política.
Fuente: Agencia Xinhua/El Ciudadano
Foto: X
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