Si las elecciones presidenciales brasileras fuera hoy, no caben dudas de que Ignacio Lula Da Silva sería el vencedor de acuerdo a los diferentes sondeos que se dieron a conocer en las últimas horas. Por ejemplo, una encuesta de febrero realizada por el instituto MDA le dio el 30,5% de los votos, pasando por encima de todos sus rivales, como el candidato conservador Aécio Neves, quien obtendría apenas un 10%.
En esa misma dirección, la consultora Vox Populi señaló que Lula podría obtener en primera vuelta entre el 44 y el 45 por ciento contra el 32 o 35 por ciento, proveniente de la suma de sus eventuales contrincantes. Los válidos excluyen los nulos, los votos en blanco y las abstenciones, que no cuentan a la hora del raconto de votos.
Incluso, contra lo que muchos podrían creer, en un escenario de ballottage en Brasil, también ganaría el expresidente Da Silva. En ese sentido, Marina Silva, que es la que mejor mide para una segunda vuelta, sacaría solo 19 por ciento, con un 24 nulo o en blanco y un 51 para Lula.
En tanto Michel Temer, actual presidente tras el golpe institucional a Dilma Rousseff, cosecha una opinión negativa que llega al 65 por ciento, mientras que el 50 por ciento sostiene que Lula fue el mejor presidente de Brasil (la cifra era del 43 por ciento en la medición anterior) contra un 11 por ciento recogido por Fernando Henrique Cardoso, que gobernó entre 1999 y 2002.
Sin embargo, no todo es color de rosas para el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), ya que el ex mandatario enfrenta cinco procesos vinculados a la operación Lava Jato -en la que se denuncian coimas y aportes irregulares de Petrobras y Odebrecht a campañas políticas- y en los próximos meses, sin embargo, el peligro de ser declarado culpable, inhabilitado o, incluso, encarcelado podrían impedir presentarse a las elecciones del 2018.
“Las reformas de Temer son una bomba atómica en la cabeza de los trabajadores”
En medio de las reformas neoliberales que encabeza el Gobierno de Temer en Brasil, cuya discusión se encuentra en el también polémico parlamento brasileño, Lula se mostró muy crítico al respecto: «Lo que están haciendo no es una reforma, es un proceso de demolición. Ellos son el desmantelamiento de los logros que hemos tenido desde el principio del siglo pasado y toda la estructura del Código de Trabajo», afirmó.
Además, añadió que «están desmontando la idea de los sindicatos, que son los únicos representantes legítimos de los trabajadores y un comercio. Ellos quieren poner fin a la Seguridad Social, que, en el fondo, son el desmantelamiento de los puestos de trabajo de los trabajadores «.
«Si lo que quería es hacer frente a algo más serio, yo diría que el gobierno, con sus reformas, son una bomba atómica sobre la cabeza de millones y millones de trabajadores», dijo Lula. «Nadie necesita un presidente para vender Brasil. Nadie necesita un presidente para vender las empresas, bancos, los postes callejeros. Queremos a alguien que va a crear empleos, generar ingresos y mejorar la calidad de vida», finalizó.
Por Gustavo Yuste
@gusyuste
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