En 2002 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas pata la Infancia (Unicef) iniciaron una campaña mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño. La misma se inició con el propósito de revitalizar la atención sobre el impacto en el mundo de las prácticas de alimentación en la salud, desarrollo, crecimiento y nutrición, necesarios para la supervivencia de los niños pequeños en los primeros meses y años de vida. Los países del bloque suramericano se encuentran al frente en cuanto a prácticas de lactancia se refiere.
Muchos de los países latinoamericanos han avanzado en el marco jurídico, estableciendo condiciones que permitan a la madre amantar a su bebé en la primera fase de su vida, sin embargo, aún permanece en muchos países una especie de tabú o prejuicio sobre una práctica natural y común como la de «dar teta» a un bebé, por lo cual las madres latinas se mantienen en alerta para defender el derecho de sus hijos a la mejor nutrición disponible, al costo más bajo, saludable y práctico que la naturaleza genética del ser humano es capaz de brindar.
Según un estudio realizado entre 2004 y 2010, en el portal LatinAmericanScience.org, espacio que sirve como recurso para periodistas, científicos, políticos y público general que permite la publicación de artículos especializados en diversas áreas, las madres latinoamericanas se ubican en los primeros lugares en lactancia materna en el mundo en los primeros seis meses de vida del niño.
Según el gráfico disponible en el portal, Perú se encuentra en el primer lugar con un 68.3% de porcentaje de prácticas de lactancia materna. Le sigue Uruguay con un 57.1%, Argentina con 55%, Costa Rica con 53.1%, Guatemala 49.6%, Chile con 43.5%, Colombia 42.8%, Haití 40.7%, Ecuador 39.6%, Brasil 38.6%, Guyana 33.2%, El Salvador 31.4%, Nicaragua 30.6%, Honduras 29.7%, Venezuela 27.9%, Panamá 27.5%, Cuba 26.4%, Paraguay 24.4%, México 22.3% y finalmente República Dominicana con un 7.7%.
Aunque existe en la actualidad mucho avance en el marco legislativo, las mujeres aún continúan batallando por eliminar el prejuicio y en algunos casos discriminación de las que son víctimas por el simple hecho de dar de comer al bebé. Por mencionar algunos casos en la región: Colombia, aún continúa trabajando en un marco legislativo laboral para proteger a las madres; Bolivia, a pesar de contar con leyes que protegen y fomentan las prácticas de lactancia, reconoce el gran prejuicio que existe en la sociedad al respecto, al igual que en Ecuador o Perú, que encabezan la lista en porcentaje de niños amantados, pero aún disponen de espacios «privados» donde las mujeres puedan amantar.
En el caso venezolano la práctica cuenta con un marco jurídico amplio, por mencionar en el artículo 345 de la Ley Orgánica para el Trabajo, que establece los permisos necesarios para que la madre pueda dar de mamar. También cuenta con la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna que busca garantizar la vida, salud y desarrollo integral de los niños y niñas, pasando por la Ley de la Ley de Protección al Niño Niña y Adolescente (Lopnna). Culturalmente en este país de la región también ha dado pasos agigantados, siendo mucho más común encontrar en espacios de trabajo, públicos o privados, parques o transporte público a mujeres que dan el pecho a sus hijos.