Cientos de manifestantes tomaron este sábado el Congreso de Guatemala y prendieron fuego a varias oficinas, hecho que fue detenido por las fuerzas de seguridad y los cuerpos de bomberos, que apagaron el incendio.
El suceso se produjo tras la aprobación en el hemiciclo del presupuesto nacional para el 2021, en el que claramente se favorece a una clase política minoritaria y se relegan los intereses de la mayoría de los habitantes del país centroamericano.
Los manifestantes, en su mayoría encapuchados, rompieron la puerta de ingreso al Parlamento y también las ventanas, para después lanzar antorchas de fuego al interior, informó el diario El País.
Los diputados no se encontraban en el hemiciclo y hasta el momento no se han confirmado heridos dentro del Congreso, ubicado en el centro de la Ciudad de Guatemala.
La manifestación fue convocada en contra de lo que en Guatemala se conoce como “El pacto de corruptos”, una alianza entre políticos, un sector de la iniciativa privada y las mafias del narcotráfico que estuvo en el centro del poder del país hasta la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, en 2015, entre acusaciones de corrupción que precipitaron su arresto.
El pacto recobró protagonismo después de que el Congreso aprobara un presupuesto que, amén de no atender las necesidades de la población, estaba claramente destinado a satisfacer los intereses particulares de las mafias en el poder.
Un presupuesto irreal para un país como Guatemala: 1.700 millones de quetzales [unos 218 millones de dólares] que privilegian los intereses particulares de los políticos sobre las necesidades de la población.
Así, mientras los legisladores se recetaban cientos de millones para rubros como alimentos para los legisladores o la construcción de un nuevo edificio, reducían el presupuesto de hospitales, educación o el de la Procuraduría de los Derechos Humanos o el Constitucional, los dos únicos contrapoderes que el Gobierno todavía no ha logrado cooptar.
El mismo vicepresidente de Guatemala, Guillermo Castillo, pidió la noche de este viernes al presidente Giammattei que ambos renunciaran al cargo y que dejaran el país en manos de “una junta de notables”, hasta que el Congreso nombre a sus sucesores.
El mandatario, lejos de escuchar a su segundo, pretendió defender el presupuesto aprobado sin presentar argumentos sólidos.
En este contexto, ciudadanos convocaron una manifestación masiva, no sin advertir el peligro de posibles piquetes de infiltrados destinados a quitar legitimidad a la protesta ciudadana con actos violentos.
Policía de Guatemala reprimió manifestación
En el marco de las protestas, un grupo de presuntos manifestantes ingresaron a la sede del Congreso guatemalteco y le prendieron fuego.
Organizadores de la jornada de reclamo, la cual se desarrolló en forma pacífica, sostuvieron que grupos infiltrados habrían incendiado el Congreso de la República para empañar el verdadero clamor popular que rechaza la corrupción.
La organización Periodistas Unidos, en tanto, publicó un tuit en el cual afirmó que la represión policiaca no era vista desde el tiempo de Lucas García en los años 80 del siglo pasado.
Elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) “han herido y capturado a varios periodistas. Periodistas Unidos condena este atropello”, agregó la organización.