Mario Castellanos es el niño de 12 años de edad que viaja solo entre los cientos de migrantes que intentan cruzar la frontera y entrar a Estados Unidos. Este infante trató de cruzar el puente en la frontera entre Guatemala y México, pero la policía lo tomó por el cuello y lo tiró al suelo, declaró a la BBC Mundo.
Castellanos al igual que varios caminantes quiso tirarse al río, relató al señalar que la policía «me dejó un golpe en el hombro y un raspón. Además también le afectaron los gases lacrimógenos que lanzó la policía mexicana».
A pesar del incidente, el niño recibió atención en el puesto de inmigración y está decidido en busca de un camino mejor en otra nación, «en Honduras uno sufre», dijo el pequeño al indicar que en su país no iba al colegio «algunas veces me iba al centro a vender chicles para llevar algo de dinero a casa», dijo.
Con los ojos sollozos y con la miseria a flor de piel, el niño contó que ya había sido visto por las bandas criminales en Honduras. «Me querían meter a una pandilla«, relató asegurando que los delincuentes: «me decían que me metiera, que me iban a pagar bien, pero yo no quería».
La policía no pudo frenar a los viajeros
El infante indicó que tiene sus esperanzas puestas en seguir adelante, pese a que no sabe si logré cruzar México, pero tratará de hacerlo por él y su familia.
«Caminar es muy duro pero mi misión es llegar«, dijo al no negar que extraña su casa «pero hay que seguir adelante y la gente es buena, me dan comida», afirmó.
La travesía fue decidida a última hora por este niño que se asoma como una de las historias triste que ocurren en Centroamérica, a causa de la pobreza, decidía, hambruna, carencia de empleo, estudios y que nos muestra a diario que el sistema del capital ha fracasado, con la colocación de fronteras, la apropiación de riquezas y las invasiones abiertas como silenciosas.
Inmigrantes saltaron las vallas de Guatemala y México con el propósito de llegar a Estados Unidos
«No empaqué nada. Me vine solo con la ropa que tenía puesta. En el viaje uso la ropa que la gente me va regalando. Yo me la voy poniendo y la voy botando, no puedo llevar mucha carga», describió.
Los migrantes dejan sus países en busca de mejores condiciones de vida y mayor acceso a la alimentación y a los bienes y servicios. En la caravana ya todos conocen a Castellanos. «Cada vez que me quiero regresar me echan para adelante«, expresa y ríe.
Castellanos partió el sábado desde San Pedro Sula y en la tarde del viernes quedó en medio de los disturbios que se desataron en un puente en la frontera entre Guatemala y México por el que los caminantes intentaban cruzar.
La frustración se hace evidente entre los migrantes que no logran pasar a México. #CaravanaDeMigrantes pic.twitter.com/PkwnSOZq2Z
— PlazaPública en Vivo (@PzPenVivo) October 19, 2018
Madre de Mario Castellanos
«Usted bien sabe cómo se siente una madre sin su hijo, si yo no me quito de este mundo es porque el único que nos puede quitar es nuestro padre celestial«, fueron las primeras frases de la mamá de Mario Castellanos, quien a la BBC Mundo, relató su angustia.
Dilsia Murillo, de 36 años y madre de Mario Castellanos, un niño hondureño que se fue solo en la caravana de migrantes que buscan entrar a Estados Unidos. El padre de Mario trabaja como vigilante y ella no trabaja.
«Yo le decía a Mario que cuando hay, hay que comer, y cuando no hay, hay que aguantar», remembró Dilsia, al recordar que en algunas ocasiones el niño, ya le había dicho que quería irse a Estados Unidos porque allá se podía «hacer un billetal».
Migrantes salen de sus tierras en busca de una vida mejor
Según la mamá, el niño se fue sin su permiso y le comentó a ella, y a su padre que iba para el centro y regresaría en la tarde. «las horas pasaron y Mario no regresó».
«Unas amigas me avisaron, me llamaron por teléfono y me dijeron que lo habían visto por la tele«, manifestó Murillo al insistir que le pidió a sus amigas no mostrar las imágenes de su hijo en las noticias «no me estén enseñando eso que me voy a quebrar la cabeza».
📹 VIDEO | Este es el momento en que migrantes hondureños se lanzan desde un puente a varios metros de altura sobre el río Suchiate, de escasa profundidad, tras saltar la valla de la frontera entre Guatemala y México. "¡Sí se puede!", gritaban ➡ https://t.co/HPkzQITU78 pic.twitter.com/fJhO0fBcXw
— BBC News Mundo (@bbcmundo) October 19, 2018
Murillo habló por última vez con Mario, el pasado lunes 15 de octubre. Aunque asegura extrañar a su hijo, no se opone del todo a que el siga en la caravana.
«Si el pudiera pasar sano, más bueno para uno, pero si no, que se venga para acá», lo exhortó.
La incertidumbre embarga a la familia y aún no está claro si Castellanos pasará la frontera a Estados Unidos, sin embargo el niño se encomienda a Dios para cumplir con su cometido.
«En nombre de Dios, se que Dios nos va a ayudar a pasar», se despidió Mario.
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