Neutralidad y no intervención en los asuntos internos de cada país es la política que defiende México con respecto a la diplomacia internacional. En el caso de Venezuela apuestan a la solución del conflicto interno a través del diálogo -entre gobierno y oposición- y así evitar que se imponga la violencia y se mantenga la paz, por el bien y el desarrollo armónico de la región
La postura de México en el caso de Venezuela ha sido criticada brutalmente por la derecha internacional, sobre todo por la mexicana, que reposa bajo la cruenta sombra delictiva de la corrupción, los crímenes de lesa humanidad, el sicariato, los carteles del narcotráfico, entre otra sarta de irregularidades cometidas durante los recientes gobiernos de Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2012-2018) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).
«Hoy por hoy la apuesta mexicana por la solución pacífica, por la comunicación entre las partes y por tender puentes de diálogo sigue prevaleciendo y estando vigente. Somos el único país que tiene comunicación a primer nivel con las dos partes en conflicto en Venezuela», resaltó el subsecretario para América Latina y El Caribe de México, Maximiliano Reyes, entrevistado por Actualidad RT.
Reyes precisó que, lamentablemente el Gobierno de Donald Trump ha retomado políticas -en el ámbito diplomático- que ya están caducas, como son las imposición arbitraria de leyes extraterritoriales y los bloqueos, que ya aplica contra Venezuela y Cuba, contra este último con mayor precisión tras la decisión del Gobierno estadounidense de reactivar el título III de la polémica Ley Helms-Burton contra La Habana.
En ese sentido, el diplomático resaltó que para el Gobierno de México es fundamental que se eliminen del escenario internacional todo tipo de políticas obsoletas que tanto daño hicieron a la humanidad durante el siglo pasado.
«Mantener bloqueos y leyes extraterritoriales nos parece de otro momento, son un atentado contra los derechos humanos, sociales y económicos de la sociedad mundial y de cada país (…) por eso los bloqueos deben ser superados, no podemos seguir viviendo como en los tiempos de la guerra fría, eso ya pasó, quedó en el siglo XX«, expresó Reyes, quien recordó que en ese entonces las amenazas nucleares estaban a la orden del día, una situación que en la actualidad no está muy lejos de la realidad debido a la política belicista que defiende la gestión de Trump en la Casa Blanca.
México se alinea con la no intervención
Reyes resalta también que los países del continente deben asegurarse -desde su fuero interno y desde sus propias decisiones- que el camino que tomen dentro del ámbito regional no estén alineados con la intención de generar violencia en la región y en ese sentido acabar con la paz que -hasta el momento- prevalece en América.
Mantener la estabilidad en la región, sobre todo la paz -explica Reyes-, traerá progreso, desarrollo y mejor calidad de vida para los latinoamericanos y las naciones del Caribe.
Por esta razón, resalta que «nunca la apuesta del diálogo y la paz serán malas apuestas, jamás, y menos en una vida tan compleja como la que está viviendo nuestra región».
El conflicto en Venezuela
El diplomático mexicano defiende la postura de su país en torno al conflicto interno de Venezuela y agrega que a pesar de las posiciones que han tomado países como los que integran el Grupo de Lima, su política de respetar la soberanía de cada país, no intervenir en asuntos internos y apoyar el diálogo entre las partes también es respaldada por gobiernos como el de Uruguay y por los países que integran la Comunidad del Caribe (Caricom).
«No estamos solos (…) la apuesta de México es por el diálogo, o por la comunicación entre el Gobierno y la oposición venezolana (…) Pensamos que si la solución pacífica no se basa en diálogo, entonces queda alguna solución que tendrá algún contenido de violencia en algún momento, puede ser una intervención militar, generación de conflictos internos, guerras civiles, algo intermitente como en Siria o un nuevo modelo de intervención militar, y no queremos eso para América Latina«, recalcó.
Reyes recordó que la política mexicana con respecto a la diplomacia internacional siempre los ha llevado a momentos como el actual. Como ejemplo, recordó que su país fue el único que votó en contra de la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), así como también fue el único país que condenó la dictadura de Francisco Franco y que recibió a los perseguidos políticos que estaban condenados a muerte por ese régimen fascista que persiguió, torturó y asesinó a miles de españoles con ideales comunistas o de izquierda.
Esa misma postura -que busca el diálogo por encima de colocarse a favor de un bando o de otro- fue demostrada por México durante una reunión del Grupo de Lima, donde decidieron no plegarse a la declaración de los gobiernos de los países que integran ese bloque de llamar a desconocer al gobierno legítimo de Nicolás Maduro y al mismo tiempo reconocer una falsa presidencia de Juan Guaidó.
«México no reconoce o desconoce gobiernos, lo que hace es mantener o romper relaciones diplomáticas«, y en ese sentido, cada país debe tomar sus propias decisiones, acotó Reyes.
Recordó que la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU), el papa Francisco -máximo representante del Vaticano- y la Cruz Roja Internacional (CRI) tienen la misma visión diplomática de México.
Sobre ese punto recordó que recientemente Venezuela recibió «ayuda humanitaria» para enfrentar las consecuencias del bloqueo económico, financiero y diplomático que promueve e impone Washington contra el país sudamericano, y fue a través de la CRI, organismo que labora bajo la premisa de la neutralidad y la no intervención.
La OEA sienta un precedente muy peligroso
El subsecretario mexicano también se refirió a las recientes acciones tomadas por algunos países desde el seno de la OEA, como fue reconocer a un vocero del diputado en desacato venezolano Juan Guaidó como supuesto representante de todo un país. La decisión se tomó de forma ilegal y en medio de la salida de Venezuela de este organismo, debido a las constantes acciones intervencionistas tomadas desde esa institución contra Caracas.
Reyes catalogó que algunos Estados miembros de la OEA decidieran reconocer a Gustavo Tarre como representante del país bolivariano, como un hecho que «sienta un precedente peligroso», pues ahora cualquier país o en cualquier plenaria de la OEA, incluso en cualquier otra plataforma similar, se pudiera reconocer a un diputado o senador, o un vocero político como representante de un Estado ante el organismo multilateral.
«Es un precedente de no derecho internacional muy grave«, explicó, y agregó que en el caso de la OEA se fundamenta básicamente en los intereses que tiene EE. UU. sobre la región, específicamente en Venezuela, instancia en la que Washington se ha mantenido sumamente activo con respecto a sus objetivos.
Sin embargo, en medio de todo esto, Reyes insiste que México aboga por el llamado a la conciencia y a la diplomacia de paz; y en ese sentido destaca que su país tiene el mejor nivel de comunicación tanto con el gobierno venezolano como con los actores de la oposición.
«México es el único país que tiene puentes de comunicación al primer nivel con las dos partes en el conflicto en Venezuela», resalta Reyes, quien agrega que México aspira a que los distintos grupos de países, como el Grupo de Lima, el Grupo de contacto de la Unión Europa, Estados Unidos, China y Rusia se sienten para planear una salida pacífica entre las partes y no para la reconstrucción del país sudamericano, esto último en el caso que la nación entrara en una guerra frontal debido a una intervención militar extranjera propiciada por la Casa Blanca.
También resaltó que para buscar una solución pacífica necesariamente se tiene que entrar en el juego democrático, donde un proceso electoral con todas las garantías sería la mejor opción.
El subsecretario mexicano para América Latina y el Caribe recuerda que desde mediados de la década de 1990 la región ha tenido «cierta paz y estabilidad», por lo que insta a todos los gobiernos latinoamericanos a poner el foco en el crecimiento y desarrollo económico de sus respectivos países.
«Si estamos concentrando los esfuerzos en pelearnos entre nosotros internamente o con otros hermanos latinoamericanos, o bien estamos gastando los recursos en guerras intestinas nunca vamos a salir adelante. Entonces, México rechaza cualquier intervención militar o violenta en América Latina y en este caso en Venezuela», agregó.
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