El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, prófugo desde hacía seis meses hasta el sábado por la noche, espera ya en una prisión de Guatemala su extradición a México. El exfuncionario es uno de los símbolos de la impunidad política en México y símbolo de la corrupción que reina en la mayoría de los estados del país azteca.
Tal como señala El Páis de España, la detención de Duarte se produjo a las ocho de la noche (nueve en México). El exgobernador se encontraba en el hotel La Riviera, en el municipio de Panajachel. Un lugar turístico, más aún en Semana Santa, demasiado si alguien prófugo lo que pretende es pasar inadvertido. Según las autoridades guatemaltecas, Duarte llevaba dos días hospedado en el lugar con nombre falso. La forma en que fue detenido no está aún del todo clara.
El exgobernador de Veracruz ha estado prófugo desde el 13 de octubre del pasado año, cuando un juez dictó una orden de arresto en su contra ante las repetidas irregularidades de su mandato, entre las que se encuentran fuertes denuncias vinculadas a la salud pública y el desvío de fondos.
Duarte había renunciado a su puesto unos días antes para, según dijo, defenderse de las decenas de denuncias que pesaban sobre él, desde delincuencia organizada, lavado de dinero o vínculos con el narcotráfico. En ese sentido, la Procuraduría General de la República (PGR) de México le imputa el saqueo fondos públicos de las secretarías de Salud y Educación.
La herencia delahora detenido dirigente político en Veracruz, más allá de los cargos que se le imputan, da buena cuenta de su gestión al frente de uno de los Estados con más peso en la vida mexicana. Dos meses antes de su fuga, se descubrió en las inmediaciones del Puerto de Veracruz la que, con los meses, se ha confirmado como la mayor fosa clandestina de México, con al menos 250 cuerpos enterrados, tal como relata el periódico español. Otra grave denuncia fue el descubrimiento de medicamentos falsos y adulterados que eran entregados a pacientes con VIH.