El presidente de México, Enrique Peña Nieto, nombró este miércoles como canciller a su ex ministro de Hacienda Luis Videgaray, quien se encargo de preparar el polémico encuentro entre el mandatario mexicano y el presidente electo Donald Trump el pasado mes de septiembre, cuando éste último era candidato republicano durante la campaña presidencial.
Luis Videgaray fue designado con el objetivo de apurar los contactos e intentar una relación de trabajo fluida con el nuevo gobierno estadounidense.
El nuevo canciller se vio obligado a renunciar por el fracaso de la reunión entre Peña Nieto y Trump, que se dio en plena amenaza del republicano de construir un muro en la frontera. La diplomacia mexicana quedó con una imagen debilitada tras el encuentro porque Peña Nieto no planteó quién asumirá los costes de la construcción del muro y Trump, por su parte, no hizo ni siquiera el gesto de pedir perdón por haber calificado a los inmigrantes mexicanos de «violadores». El entonces candidato quedó ante la ciudadanía mexicana y la opinión pública, en general, como el que controló la situación.
La polémica reside en que Videgaray, a quien la visita de Trump le costó el cargo y perdió oportunidades como posible candidato presidencial del partido oficialista PRI para 2018, fue considerado como el organizador del desafortunado evento pese a la oposición que en su momento mostraron otros ministros, incluyendo a Claudia Ruiz Massieu, a quien reemplazará. El ministro defendió en aquel momento la invitación asegurando que «son millones de empleos, industrias completas y la vida de mucha gente que dependen de cuál sea la relación con el próximo gobierno de EEUU».
«Ante el cambio de gobierno en Estados Unidos, el próximo 20 de enero, la instrucción al secretario Videgaray es acelerar el diálogo, los contactos, para que, desde el primer día de la nueva administración, se pueden establecer las bases de una relación de trabajo constructiva», dijo el presidente mexicano.
Según Peña Nieto, «la relación con Estados Unidos deberá permitir fortalecer los vínculos bilaterales en materia de seguridad, migración, comercio e inversión, objetivos que deberán alcanzarse promoviendo los intereses de México y sin menoscabo de la soberanía nacional y la dignidad de los mexicanos». Enfatizó que «asimismo, deberá asegurar la atención y protección a la que tienen derecho los mexicanos que residen en el exterior».
Aunque hace algunos días se comentaba que Videgaray sería nombrado canciller, la noticia generó polémica en México, justo cuando el país vive un clima de conflictividad y de movilizaciones sociales a raíz del aumento del precio de los combustibles entre 14 y 20%.
Para algunos, además, el nombramiento se interpretó como una señal más de la dinámica de Peña Nieto de designar a funcionarios por lealtad en vez de tener en cuenta las capacidades para ostentar el cargo.