El Gobierno de Javier Milei se encuentra en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo de 20.000 millones de dólares, una medida que busca estabilizar la economía argentina en un momento de creciente incertidumbre financiera. Según reveló el ministro de Economía, Luis Caputo, el acuerdo con el FMI se encuentra aún en evaluación, pendiente de la aprobación del directorio ejecutivo del organismo internacional.
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Este crédito, si se concreta, sería parte de los esfuerzos de Milei por enfrentar una compleja situación económica marcada por una fuerte presión sobre las reservas del Banco Central, la devaluación del peso y una inestabilidad cambiaria que se agudiza con cada jornada. El monto acordado con el FMI podría ser una solución transitoria, pero el mercado sigue en alerta ante la posibilidad de que no se logre contener la crisis.
El panorama económico se complica aún más por la fuga de capitales y la creciente desconfianza en el peso. En los últimos días, las reservas del Banco Central se han reducido a niveles críticos, alcanzando apenas 26.246 millones de dólares, el valor más bajo en 14 meses. Mientras tanto, el dólar informal se acerca a los 1.310 pesos, evidenciando una brecha cambiaria que no para de ampliarse, y que es alimentada por la incertidumbre respecto a una posible devaluación.
La situación de las reservas se intensificó con las recientes ventas de divisas del Banco Central. En los últimos ocho días, el ente monetario vendió más de 1.300 millones de dólares en el mercado oficial, lo que acentuó la presión sobre la cotización del dólar y generó un clima de expectativa por un salto cambiario.
El mercado, por su parte, comienza a anticipar una devaluación, ya que los exportadores retienen sus divisas, mientras los importadores aceleran sus pagos para evitar el impacto de un tipo de cambio más alto. Además, los fondos de inversión han redirigido sus operaciones hacia el dólar, lo que refleja la creciente desconfianza en el peso argentino. De esta forma, el «carry trade», una estrategia de inversión tradicionalmente popular, pierde fuerza, ya que los inversores prefieren buscar seguridad en la moneda estadounidense.
El acuerdo con el FMI podría ser una vía para incrementar las reservas y devolver algo de confianza a los mercados. Según Caputo, si se concretara el crédito de 20.000 millones de dólares, las reservas argentinas podrían alcanzar los 50.000 millones de dólares, lo que ofrecería un respiro temporal a la economía. Sin embargo, el costo social de esta estrategia sigue siendo incierto, y las críticas no tardaron en llegar.
El crédito de 20.000 millones de dólares que se negocia ahora con el FMI se sumaría a la deuda histórica de Argentina con el organismo, que asciende a 44.000 millones de dólares, contraída durante el mandato de Mauricio Macri. A pesar de que el país ya ha pagado más de 11.000 millones de dólares en intereses, la deuda sigue siendo un lastre para las finanzas nacionales, y los expertos señalan que el país podría estar atrapado en un ciclo de endeudamiento con el FMI, sin poder alcanzar una verdadera solución a largo plazo.
Con el panorama económico cada vez más incierto y la falta de consenso sobre el rumbo de la política económica, el Gobierno de Milei sigue buscando herramientas para evitar una crisis de mayor magnitud. Mientras tanto, la ciudadanía y los actores económicos observan con cautela las negociaciones con el FMI, conscientes de que cualquier decisión podría tener repercusiones profundas en la vida diaria de los argentinos.
Foto: El Ciudadano
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