El escándalo por la criptomoneda $LIBRA, que salpica directamente al presidente argentino Javier Milei y a su círculo más cercano, explotó este fin de semana con nuevas revelaciones que dejan al oficialismo contra las cuerdas. En medio del torbellino de acusaciones, el diario argentino Página 12 lanzó una portada demoledora: «Dios me $Libre», en alusión tanto a la divisa digital promovida por el mandatario como a la compleja situación política que enfrenta.
La imagen de portada es igual de simbólica que el titular: Milei aparece postrado en un mueble con cojines en las rodillas y en los codos, en lo que parece ser un acto de devoción, aunque no se distingue con claridad si es en una iglesia. La escena refuerza la idea de un líder arrodillado ante la crisis o implorando por salir de un escándalo que lo tiene contra las cuerdas.
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De la «libertad» al escándalo: ¿qué sabía Milei sobre $LIBRA?
Las primeras versiones del oficialismo intentaron minimizar el asunto, asegurando que el Presidente «no estaba interiorizado en el proyecto» y que, tras comprender su alcance, decidió eliminar las publicaciones en redes sociales donde lo promovía. Sin embargo, la versión se desmoronó cuando la misma Casa Rosada tuvo que admitir reuniones previas entre Milei y representantes de KIP Protocol y Kelsier, las empresas vinculadas a la moneda digital.
Hayden Mark Davis, fundador de Kelsier, desmintió públicamente a Milei al asegurar que el mandatario «respaldó y promovió activamente el proyecto» y que, incluso, le garantizaron que su apoyo continuaría en el tiempo. A esto se sumó Charles Hoskinson, una de las figuras más influyentes del mundo cripto, quien reveló que allegados al gobierno le exigieron coimas para facilitarle un encuentro con el Presidente.
Frente a esto, la Casa Rosada ha optado por una estrategia de contraataque, descalificando a los denunciantes. Mientras sobre Davis aseguran que Milei «sí sabía del proyecto pero luego decidió no seguir difundiéndolo», calificaron a Hoskinson de «delirante», exigiéndole que formalice la denuncia y «diga con quién, cuándo y dónde».
Juicio político y crisis de credibilidad
A medida que avanzan las investigaciones y la oposición redobla los pedidos de juicio político, la respuesta del oficialismo ha sido torpe y contradictoria. A nivel internacional, el escándalo también ha provocado repercusiones, mientras Milei se aferra a los gestos de respaldo de organismos como el FMI para intentar calmar las aguas.
En este contexto, la portada de Página 12 captura a la perfección el momento político del libertario: el escándalo lo ha dejado expuesto en su discurso de «pureza» y «transparencia», mientras su credibilidad tambalea al ritmo de los mercados y la presión social.
Si bien la estrategia de Milei ha sido evadir responsabilidades y culpar a su entorno, el criptogate ha demostrado ser un golpe difícil de sortear. No solo lo pone en la mira judicial, sino que además debilita su imagen como el «outsider» inmaculado que llegó a limpiar la política argentina.
Por ahora, mientras el oficialismo intenta contener el incendio con explicaciones poco convincentes, la oposición y los mercados observan atentos. Y en medio de todo, Página 12 ya le puso título al capítulo más reciente del mileísmo: «Dios me $Libre».