Más de 60.000 personas han acudido hoy a una movilización callejera en apoyo a la presidenta Dilma Rousseff y a la democracia. El evento ha sido organizado por el Partido de los Trabajadores como respuesta a las masivas manifestaciones de la oposición, que se celebraron por todo el país durante el fin de semana.
Los que salieron en defensa del rumbo político liderado por Rousseff no creen que la moción a favor de su dimisión, proveniente de la extrema derecha, tenga éxito.
Las amenazas de interrumpir el mandato de Dilma Rousseff e incluso de ejercer un golpe de Estado en Brasil representan un «movimiento de presión para que el Gobierno aplique la política económica favorable a los banqueros». Así lo cree uno de los portavoces sindicales brasileños, Julio Turra.
Según el sindicalista, «incluso los sectores empresariales que no apoyan la política económica del Gobierno no están interesados en crear una crisis enorme que dificulte los negocios». Las manifestaciones de los días anteriores en contra de Rousseff, dijo, reflejan «en buena medida la crisis internacional que ocurre en Europa, Estados Unidos, Japón y otras tantas partes».
Sin embargo, Turra no descarta la polarización política del país, incluso en la masa que apoyó a Rousseff en las elecciones presidenciales de los años 2010 y 2014. Según ‘The Wall Street Journal’ y otros medios de información norteamericanos, las marchas antigubernamentales reunieron a cientos de miles de personas en grandes ciudades como São Paulo durante varios días anteriores.
Uno de los lemas que más a menudo se repiten ahora en las manifestaciones de respuesta es «¡No más golpes!». «Brasil es democracia», insisten las pancartas antiderechistas. Nadie optaría por un golpe de Estado, por muy leve que fuera, afirma Turra.
Fuente: RT