13 gobiernos de América Latina emitieron este lunes una declaración contra Nicaragua, en la que manifiestan “su preocupación” por la supuesta violación de derechos humanos por parte de los organismos de seguridad en dicho país y hace caso omiso a la violencia opositora.
Los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, piden reanudar el diálogo entre Gobierno y oposición, así como a desarmar a supuestos grupos paramilitares y –en un claro tono injerencista- solicita celebración de elecciones “libres y justas”, lo que contraviene a la Constitución de dicho país, indica un comunicado en conjunto emitido por las cancillerías respectivas.
Desde el pasado 18 de abril un sector de la oposición llamó a protestar en las calles en contra de una reforma del gobierno al sistema de pensiones.
Esta medida fue derogada y el presidente Daniel Ortega llamó al diálogo pero la derecha convocó a sus seguidores en las calles. Desde entonces, grupos violentos opositores han perpetrado ataques y acciones vandálicas que han dejado al menos 241 muertos, según el último balance ofrecido el pasado 12 de julio por La Comisión de la Verdad, Justicia y Paz de Nicaragua, difundido por Telesur.
Ante este escenario, los mencionados gobiernos –en una línea muy parecida que ejerce el llamado Grupo de Lima en contra de Venezuela- apoyan “a la Conferencia Episcopal de Nicaragua para que continúe sus trabajos en pro de la búsqueda y promoción de soluciones del conflicto”, aunque esta institución religiosa ha sido objeto de quejas de ser cómplice con los grupos violentos al servicio de la oposición.
Asimismo “agradecen” a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por las visitas realizada a Nicaragua para investigar los sucesos.
Este organismo emitió días atrás un informe con recomendaciones, texto que fue rechazado tanto por Nicaragua como por Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), al ser catalogado como carente de objetividad, informan varios medos.
Tras la ola de violencia, el Gobierno de Ortega y la oposición se sentaron en una mesa de diálogo para acordar varios puntos de convivencia, instancia que ha sido saboteada por la derecha en sus planes golpistas.
Entre el viernes y el domingo, la Policía Nacional de Nicaragua denunció la muerte de al menos cinco policías por parte de grupos que participan en los tranques de vías.
Similitudes con Venezuela
A principios de abril de 2017, un sector de la oposición venezolana llamó a su militancia a las calles para protestar en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro. Esto generó una ola de violencia que dejó a 124 personas fallecidas, cientos de heridos y un sin fin de inmuebles públicos y privados -entre ellos escuelas y hospitales- agredidos.
Para entonces, el llamado Grupo de Lima (integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú) se refería a asuntos internos de Venezuela, con el fin de socavar al gobierno de Maduro y en consonancia con la derecha venezolana.