Los aspirantes a la presidencia de Ecuador acudirán este domingo 11 de abril a la vuelta definitiva de las elecciones, ofreciendo propuestas diametralmente opuestas en casi en todos los campos.
En los comicios se medirán Andrés Arauz, de Unión por la Esperanza, apoyado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017), y el centroderechista Guillermo Lasso, del movimiento Creando Oportunidades, que se postula por tercera vez a la Presidencia.
Cualquiera que resulte ganador deberá tomar las riendas de un país golpeado por la pandemia, una crisis económica histórica y una Asamblea Nacional totalmente dividida
El politólogo César Ulloa explicó que se trata de una confrontación de modelos, entre una economía centralizada y una social de mercado; entre una postura que defiende la progresividad de derechos, sobre todo en materia laboral, y otra de revisión y flexibilización de las modalidades de trabajo, reseñó la agencia EFE.
Está planteado el regreso al modelo originario de Correa y la propuesta de Lasso de fuertes reformas a la Constitución; estatista el uno, liberal el otro.
Explicó Ulloa que en la orilla de las similitudes, los dos candidatos son sumamente conservadores y no han mencionado siquiera en sus campañas cuestiones como la despenalización del aborto, consumo de cannabis o la eutanasia.
De allí que el politólogo reduce la síntesis política actual a correísmo, sí; correísmo, no, pues en la estructura del correísmo están los mismos protagonistas de los (últimos) 14 años, y recuerda al incluir al actual presidente, Lenín Moreno, quien llegó al poder con el apoyo de Correa aunque poco después se distanciara de él.
Lejos del enfrentamiento ideológico, está la cruda realidad en el terreno que afronta la ciudadanía, particularmente desde el estallido de la pandemia en febrero de 2020. “Los ecuatorianos quieren respuestas concretas a lo que han pasado en los últimos años. Lo que buscan es en quién confiar, quién va a dirigir un plan de vacunación, quién les va a dar empleo, y esto va más allá de si es o no correísta”, explicó la consultora política Wendy Reyes, que ve una complejidad mucho más allá de las ideologías.
Gane quien gane, cree Reyes, es urgente que los políticos se pongan la camiseta de Ecuador, pues si el próximo presidente no logra posicionarse bien el primer año, es posible que ni alcance a terminar los cuatro de mandato.
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