“Menos víscera y más razón. Hay que pensar con la cabeza”, así se refirió el presidente mexicano Enrique Peña Nieto a la forma en la que los ciudadanos deben decidir acerca de su voto en las próximas elecciones. Lo dijo ante la Asamblea Ordinaria de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, celebrada en Nuevo León.
La reflexión del mandatario ocurre en un particular contexto, ante los grupos económicos que tradicionalmente han sido reticentes a las propuestas de cambio, como las del candidato Andrés Manuel López Obrador y en momentos en que arrecia la campaña mediática para hacer notar esa opción como peligrosa para el futuro de México.
Agregó Peña Nieto en un tono que se pudiera interpretar como irónico: «Espero y apelo que, en esa definición, los mexicanos razonen su voto. Ya lo he dicho y espero que el INE no me vaya a sancionar porque no me estoy metiendo con ninguno ni a favor de ninguno de los candidatos. Porque sobra decirlo, ustedes ya lo saben. ¿Cómo para qué lo digo?”, dijo el presidente entre las risas de los hacendados.
El sarcasmo presidencial es normal, ya que en declaraciones emitidas con anterioridad se ha involucrado directamente en la campaña electoral contraponiendose a propuestas de López Obrador. Por ejemplo, el pasado mes de marzo dijo que el próximo 1 de julio se va a decidir si se mantiene la reforma energética (que adelanta su gobierno) o se cancela (tal como lo sostiene el candidato de Morena).
En octubre del año pasado, antes del inicio formal de la campaña, Peña Nieto también afirmó que en México se incrementaría la violencia si López Obrador resultara electo en la presidencia del país.
Según los más recientes sondeos de opinión la candidatura de López Obrador continúa liderando la intención de voto con 42%, 9 puntos por encima de su mas inmediato contendor, Ricardo Anaya del derechista Partido de Acción Nacional (PAN). En tercer lugar figura el candidato del partido de Peña Nieto (el PRI), José Antonio Meade con 19%.