Las redes sociales se han convertido en un fenómeno social, estas plataformas de comunidades virtuales proporcionan información e interconectan a personas con afinidades comunes, además son uno de los mejores paradigmas de la Web 2.0 y la construcción de opinión en el entorno digital. Su uso se ha convertido en una herramienta para que los usuarios se informen del acontecer en todo el mundo.
Gracias al internet no existe fronteras informativas, pero se debe estar alerta de lo que se publica en las redes sociales, quién lo hace y con qué intenciones.
Venezuela ha sido víctima de una cruel arremetida psicológica a través de una campaña comunicacional en la que abundan las llamadas fake news o noticias falsas que son difundidas para desinformar a la población y presentar hechos falsos como si fueran reales para generar desestabilización en el país a través de la manipulación.
Según medios nacionales, en Venezuela se evidencia la caracterización de las fake news de la mano del cartel mediático de las agencias y medios internacionales que convierten a las víctimas en victimarios para crear una falsa matriz de opinión tanto en el país como en el mundo.
Para desprestigiar el proceso revolucionario, las estrategias de algunos medios de comunicación se basan en atacar al Gobierno, descalificar sus acciones y crear noticias fatídicas sobre el acontecer del país.
El presidente Nicolás Maduro ha denunciado estas acciones en reiteradas ocasiones y ha llamado a llevar la verdad de Venezuela fuera de las fronteras y defender la Patria, pues “está siendo víctima de una arremetida imperialista, la misma tiene como propósito ocupar militarmente y someterla a los designios de sus transnacionales y sus factores de poder.
En este hecho, la oposición venezolana ha jugado un papel fundamental, pues los laboratorios de contenido de guerra procuran la expansión de una realidad tergiversada sobre la crisis venezolana para desinformar y generar una histeria colectiva en la población.
En el artículo 8 del Código de Ética del Periodista Venezolano se destaca que el periodista no deberá deformar, falsear, alterar, tergiversar o elaborar material informativo impreso o audiovisual, cuya divulgación o publicación resulte denigrante o humillante para la condición humana y en un parágrafo único describe que es condenable el uso de técnicas amarillistas como deformaciones del periodismo que afectan el derecho del pueblo a ser correctamente informado.
Medios de comunicación alineados con la derecha y el imperialismo manejan los mismos discursos para influir en la opinión pública y, en consecuencia, manipular a la colectividad sobre la manera del ver el mundo.