Faltan pocas semanas para que Colombia defina quién sustituirá a Juan Manuel Santos en la presidencia y la campaña ha estado como nunca marcada por la comparación con sus vecina Venezuela. Se trata de dos países con afinidades históricas y culturales muy grandes y aún cuando sus destinos políticos han sido muy diferentes, el impacto de uno en el otro sigue siendo muy alto.
Durante décadas Venezuela fue el principal destino de la diáspora colombiana. Se estima que 5 millones de colombianos habitan del otro lado del río Arauca. La violencia y la exclusión eran las principales causas del éxodo.
Hoy la crítica situación económica que vive Venezuela sirve de excusa a la élite gobernante en Colombia para defender el modelo impuesto en esa nación, antagónico en muchos aspectos al venezolano. La nación neogranadina lleva décadas bajo una conducción económica neoliberal.
Los resultados de la economía colombiana bajo el influjo neoliberal no son nada alentadores, el país, al igual que Venezuela, está signado por el extrativismo y la exportación de materias primas, con bajo nivel de elaboracion. Desde Bogotá la élite pinta a una Venezuela en absoluta ruina, en completo desorden.
Además del contexto geopolítico (las cúpulas políticas colombianas orbitan en torno a los designios de la Casa Blanca en Washington, la crisis en Venezuela es la excusa para atacar al candidato presidencial de las fuerzas de izquierda, Gustavo Petro. Por ello lo que pasa en casa de los vecinos es uno de los centros de atención, difusión y manipulación, por parte de los medios de comunicación colombianos. Se trata además de una prensa, en su mayoría cartelizada en torno a los grandes grupos económicos y por ende a los sectores del poder político tradicional.
«No queremos ser Venezuela»
Muchas veces con acento xenofóbico, la campaña en Colombia se concentra en no parecerse a sus vecinos. Y la expresión «no queremos ser Venezuela» es el centro del discurso de la derecha colombiana. Más allá de la gravedad de la crisis económica venezolana, hay abismales diferencias en el modelo social de cada país.
Una de las áreas donde es más notoria dicha diferencia es en la educación. Del lado venezolano se garantiza educación gratuita en todos los niveles, del lado colombiano la exclusión es notoria, no hay garantías de educación gratuita en la primaria y secundaria. En las universidades se privilegia lo privado.
Es por ello que compartimos algunos datos que hacen reflexionar qué pasaría si en la educación venezolana si en ese país se adoptara el modelo económico y social de Colombia.
¿Que pasaría en su sistema educativo si Venezuela adoptara el modelo colombiano?
Las diferencias más notorias se encuentran en el sistema de educación superior. Colombia tiene aproximadamente 49 millones de habitantes, Venezuela recién llega a los 30 millones. No obstante la matrícula universitaria en Venezuela es mayor a la de sus vecinos.
Para 2016 la relación era así:
Colombia: 2.380.000 inscritos en la educación superior
Venezuela: 2.662.000 inscritos en la educación superior
La clave de la diferencia radica quizás en el carácter gratuito de la mayoría de las instituciones universitarias venezolanas, en contraste con las colombianas. Un tema de costos y de modelos, el progresista de Caracas versus el neoliberal de Bogotá que considera a la educación como otra mercancía.
Para 2015, existían en Venezuela 154 instituciones de educación universitaria, 61 públicas y 93 privadas. Pero el 71% de los estudiantes estaban matriculados en instituciones públicas y absolutamente gratuitas.
Esas cifras difícilmente podrían lograrse con el modelo colombiano. En la nación neogranadina para el año 2015, el 49,5% de los estudiantes estaban matriculados en universidades privadas. En Colombia existían para el año 2015, 206 institutos de educación superior privados y 62 públicos.
Los costos
Ante la imposibilidad de la mayoría de los graduados de secundaria para acceder a las universidades públicas colombiana, algunos tratan de ingresar al sistema privado a través de grandes esfuerzos. No obstante, la tarea es cuesta arriba.
Para febrero de 2017 estudiar medicina en la Universidad de los Andes de Colombia costaba 21 millones 900 mil pesos por semestre. Un equivalente de 7.615 dólares. Es decir 15.230 dólares por año. El salario mínimo en Colombia para ese mismo año equivalía a 256 dólares mensuales, es decir 3072 dólares al año.
Resumimos la ecuación, para pagar un sólo semestre de medicina en la Universidad de los Andes de Colombia se requieren 29 salarios mínimos.
En Venezuela, por ejemplo, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) es una de las más prestigiosas entre las instituciones privadas. Allí para enero de 2018, un semestre de Ingeniería podía costa 3.870.000 mil bolívares es decir 43 dólares según el cambio flotante oficial (DICOM) o 14 dólares al cambio de mercado negro para la fecha. El salario mínimo para enero se ubicaba en 248 mil bolívares.
Es decir, para cursar ingeniería se requerían por semestre 15 salarios mínimos.
Vale destacar que las principales carreras del área de la salud están concentradas en Venezuela en las universidades públicas y gratuitas. En el caso de Medicina sólo hay facultades oficiales.
En Colombia universidad pública no es igual a universidad gratuita
Pero vayamos más allá, cuando hablamos de universidades públicas no necesariamente hablamos de gratuidad como en Venezuela. En la pública Universidad Nacional de Colombia, hacen estudios socioeconómicos a los aspirantes, de acuerdo a ello la matrícula semestral puede estar entre los 125 mil pesos (43 dólares) y los 7 millones 700 mil pesos por semestre (2675 dólares).
Con respecto a Venezuela no hay que hacer mayores cálculos en este sentido. Todas las matrículas de pregrado en instituciones públicas de educación superior son gratuitas. En casi todas ellas se cuenta además con servicio de comedor, donde la comida es también gratuita.
Si Venezuela se pareciera a Colombia en el modelo
En 1999 Venezuela rompió con el modelo neoliberal. El gobierno de Hugo Chávez trazó un camino distinto, de inclusión. Para ese año en Venezuela la matrícula universitaria ascendía apenas a 652.000 estudiantes distribuidos en 143 instituciones.
Para ese año Venezuela tenía 25 millones de habitantes. Haciendo una relación con los datos de 2015, se logró triplicar la inclusión en el sistema educativo universitario.
En Colombia el modelo neoliberal significó el vaciamiento de la inversión en la educación pública (que dejó de ser gratuita) y se privilegia el lucro.
Es cierto que la crisis venezolana ha provocado un éxodo entre profesionales calificados. Gran parte de esos profesionales se formaron gracias a la existencia de un sistema púbico y gratuito de educación.