El fiscal Jorge Di Lello imputó al expresidente de Argentina Mauricio Macri y otros antiguos y actuales integrantes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por presuntas maniobras de espionaje ilegal.
Di Lello investigará las acciones realizadas por la central de inteligencia en contra de casi 100 personas, entre las cuales figuran políticos, funcionarios, escritores, periodistas y líderes sociales, tanto oficialistas como opositores, sin ninguna orden judicial.
El juez analizará los datos ubicados en un disco duro en el que, si bien parte del material fue borrado, especialistas refirieron que la maniobra se hizo en forma muy rudimentaria y el contenido pudo ser recuperado.
«La presente causa se inicia con la denuncia que realizara la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (exsecretaría de Inteligencia de la Presidencia de la Nación) la Dra. Cristina Caamaño Iglesias Paiz, luego del hallazgo de un disco rígido en el marco de las tareas de relevamiento de información que obra en dicha agencia», señala el dictamen del fiscal.
De igual forma, precisa que «la infracción determina la violación de correspondencia como aquellas conductas delictivas que implican un apoderamiento no sólo de papeles o cartas, sino también de mensajes de correo electrónico o cualquier otro documento o efectos personales, con la intención del sujeto activo de descubrir el secreto o vulnerar la intimidad del otro no siendo necesario que esto llegue a producirse».
El proceso para imputar penalmente al expresidente, y que provocó un escándalo de inmediato, comenzó el pasado lunes, cuando Caamaño denunció el espionaje y destacó que se había cometido no sólo en contra de opositores, ya que, por ejemplo, se revisaron de manera ilegal los correos de Laura Alonso, la extitular de la Oficina Anticorrupción ―que fue designada por Macri y que sigue siendo una de las defensoras más fervientes del pasado gobierno―, y del periodista macrista Luis Majul, reseñó el portal RT.
En el mismo caso se encuentran Mario Negri, líder de la bancada macrista en la Cámara de Diputados; y Nicolás Massot, quien ocupó ese cargo durante la gestión pasada. Aunque ambos tuvieron disputas con el expresidente, nunca rompieron con el oficialismo.
Entre los opositores al macrismo que fueron espiados se encuentran la actual ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elisabeth Gómez Alcorta; la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario; el diputado provincial Martín Sabatella; el exministro del Trabajo Carlos Tomada; el escritor Ricardo Foster y la diputada Gabriela Cerruti.
Cuando asumió como presidente, Macri designó a su amigo personal, Gustavo Arribas, al frente de la AFI, a pesar de que no tenía experiencia alguna en el manejo de los servicios de inteligencia.
El propio expresidente definió de manera polémica al exfuncionario en un libro biográfico. «Pensé: de todos mis amigos ¿cuál era el más vivo, el más desconfiado, el más acostumbrado a toda esta cosa de las trampas? Tal vez sea uno de los mejores nombramientos que he hecho».
Sin embargo, la gestión de Arribas estuvo marcada por la polémica, con frecuentes denuncias de espionaje ilegal, además de que la Policía de Brasil reveló que había cobrado 850.000 dólares de «propinas» por parte de Leonardo Meirelles, uno de los arrepentidos de la megacausa de corrupción conocida como Lava Jato.
Fuentes: Telesur, RT.