Venezuela es uno de los países del mundo que ha cumplido fielmente con sus compromisos financieros por deuda externa, en los últimos cuatro años ha pagado 71.100 millones de dólares por ese concepto.
La deuda pública venezolana, que ronda el 30,3% del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país, es una de las más bajas de América Latina y de otros países. Además, Venezuela tiene las mayores reservas probadas de petróleo del planeta.
A pesar de los indicadores administrativos, técnicos y naturales favorables de ese país, Venezuela es la Nación latinoamericana con el “riesgo país” más alto, más de 3.000 puntos, muy por encima de otras naciones.
Incluso, muy superior a países que han estado en largos conflictos armados, como es el caso de su vecina Colombia, también naciones cuyas deudas sobrepasan los 100 años, caso Argentina.
El que se califique a Venezuela como un país con Riesgo País alto, contribuye al bloqueo económico, pues baja el interés por la inversión extranjera.
“El ‘riesgo país’ tiene un componente altamente político”, explicó el economista venezolano Henry Gómez Barrios, especialista en planificación territorial y desarrollo productivo internacional.
Señaló que este indicador de la banca mundial tiene componentes técnicos, financieros y económicos, pero igualmente cuenta con uno de mucho peso, el político.
“El ‘riesgo país’ no es un instrumento estrictamente técnico, en el caso de Venezuela, tiene un alto componente de manipulación política”, aseguró el economista.
“Responde a los intereses geo-político de los Estos Unidos, también a los gobiernos europeos alineados (con los EEUU) y las transnacionales financieras que responden a sus intereses”.
El indicador de “riesgo país”, en el caso venezolano, dijo Gómez, “es manipulado para intentar ahorcar económica y financieramente al país, por no responder a los intereses del gran capital internacional y a la geopolítica mundial norteamericana”.
Superar el cerco financiero internacional
El ‘riesgo país’, en el ámbito de lo académico, “es un instrumento de evaluación, que utilizan las agencias calificadoras y la banca, para evaluar el riesgo de una nación en términos económicos y financieros”, explicó Gómez.
Es utilizado para saber si un país está en capacidad de cubrir los créditos solicitados en la banca internacional, de devolver el dinero que se le presta, “como cuando uno va al banco y pide un préstamo, te piden una información y te hacen un análisis, así mismo pasa con los países”.
Refirió que “el problema sucede cuando el análisis que te hacen para prestarte el dinero, no pasa solamente por esos instrumentos técnicos sino que responden a otros parámetros. En el caso de Venezuela esos intereses no técnicos tienen un gran peso”, señaló el economista.
Aseveró que Venezuela “ha sido calificada por debajo de sus reales potencialidades porque ha habido interés de hacerle daño”, es lo que ha pasado con las calificadoras de riesgo JP Morgan, Standar & Poor’s y Fitch y Moody’s, entre otras.
“¡De mal en peor! Riesgo país de Venezuela triplica al segundo más alto de Latinoamérica”, es uno de los titulares de la prensa digital de la derecha venezolana, que pueden conseguirse en las redes a manera de campaña mediática en contra del país.
“Con 2.145 puntos básicos, Venezuela aparece en enero de 2017 como el país de Latinoamérica con el riesgo país más alto de la región, triplicando con creces a Ecuador, el segundo en la lista, que obtiene 614 puntos básicos en la calificación que realiza JP Morgan”, señala la reseña del titular aludido.
Henry Gómez aseveró que Venezuela “es víctima del sistema financiero mundial controlado por los Estados Unidos, hay unos intereses internacionales que actúan en contra de nuestra patria, el ‘riesgo país’ apenas uno de estos instrumentos de agresión, las sanciones, los bloqueos son otros mecanismos económicos y financieros para perjudicar la vida del país”.
Venezuela “ha cumplido con todos los compromisos de pagos de deudas y de pagos internacionales, no obstante se le sigue calificando como una economía de riesgo, a la que hay que cerrarle el acceso al crédito internacional porque, posiblemente no pueda, a futuro, pagar sus deudas, lo cual no es cierto”.
Esta calificación de riesgo afecta a todas las inversiones en Venezuela, “porque cuando te califican de alto riesgo no solamente limitan el acceso al crédito, también te colocan intereses muy altos y le dicen a los bancos e inversionistas internacionales que no es bueno colocar una fábrica, ampliar su producción u otro tipo de inversiones en el país”.
Destacó que el reto Venezuela radica en poder superar ese cerco con alianzas más decididas de economías emergentes, también con China y Rusia, así como instrumentar mecanismos alternativos de intercambio económico, de bienes y servicios, como el criptoactivo El Petro, que fue lanzado exitosamente esta semana por el gobierno venezolano.