Cuarenta y tres años se cumplen, este jueves 10 de mayo, del asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton. Pieza clave en la renovación literaria latinoamericana de la década de 1960, desarrolló obras cercanas al pueblo llenas de compromiso social y sensibilidad.
Proveniente de una familia de escasos recursos económicos, nació en el barrio de San José, en la capital salvadoreña el 14 de mayo de 1935. A los 17 años de edad fue reconocido por su padre, un empresario estadounidense que se haría cargo de ofrecerle la mejor educación. Se recibió en Jurisprudencia en Chile (1953) época en la que se acerca al marxismo. Estudió Ciencias Sociales en El Salvador (1954-1959), Leyes en El Salvador (1956) y Etnología en la Universidad de México (1961).
En su etapa universitaria es recordado por fundar en la Universidad de El Salvador el Círculo Literario (1956).
Pieza clave en la poesía hispanoamericana contemporánea se alzó con el Premio Centroamericano de Poesía (en los años 1956, 1958 y 1959) y se convirtió en el poeta salvadoreño más relevante de su tiempo al publicar en 1963 el poemario: El turno del ofendido, que recibiría una mención honorífica en el certamen Casa de las Américas, ente que siete años después volvería a reconocerle pero esta vez por su poemario Taberna y otros lugares (1969).
Activista político al tiempo que desarrollaba su carrera literaria se unió al Partido Comunista Salvadoreño en 1958 y en 1961 debió exiliarse en Guatemala, México, Checoslovaquia y Cuba (en esta última experimentaría su mayor momento creativo). Allí conocería al cantautor Silvio Rodríguez, quien años después (1982) escribiría la canción Unicornio inspirado en él.
Poeta, ensayista, escritor y periodista encontró en la redacción una manera de ganarse la vida y de conectarse con sus emociones más profundas.
Compartió con el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y el reconocido escritor argentino Julio Cortázar, quien condenaría su asesinato. En 1967 abandonó el Partido Comunista y no sería hasta 1973 que retomaría su activismo al enfilarse en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), donde tomó el pseudónimo guerrillero de Julio Delfos Marín. Allí sería perseguido, juzgado y presuntamente ejecutado por sus propios compañeros de armas, que abandonaron su cuerpo en un paraje desconocido. En 2016 La Procuraduría salvadoreña ordenó investigar a fondo su asesinato.
«Nunca se pudo separar al poeta del luchador, al novelista del combatiente, y por eso su vida fue una serie continua de persecuciones, prisiones, exilios, fugas en algunos casos espectaculares y un retorno final a su país después de muchos años pasados en otros lugares de exilio para integrarse a la lucha donde habría de perder la vida», aseguró el autor de Rayuela en su clase magistral reseñada por el portal de noticias de la BBC.
En su trayectoria como poeta escribió más de cinco obras, todas ellas a partir de temas de fuerte contenido social, tratados con ternura, ironía y sarcasmo, pero llenas de lirismo.