Inagotable y enigmática, así se considera la obra de Juan Rulfo, escritor mexicano que este 16 de mayo cumpliría 101 años de edad. Preocupado por los problemas sociales, que planteaba en su obra con arte, el autor jalisciense alcanzó su mayor ovación con el libro de cuentos El llano en llamas (1953) y la novela Pedro Páramo (1955). En ambos casos textos que retratan ruralidad del siglo XX.
Además de novelista y cuentista, Rulfo se desempeñó como fotógrafo y editor.
En la literatura latinoamericana destaca también por su segunda novela El gallo de oro (1958); por el cortometraje El despojo, que adaptara a partir de un cuento de su autoría; y por las cartas de amor que escribió a su esposa Clara Aparicio (81 en total, recopiladas en el libro Cartas a Clara).
Según anécdotas de vida, el escritor colombiano Gabriel García Márquez leyó dos veces seguidas la misma noche Pedro Páramo, y comparó su impacto con la Metamorfosis de Kafka.
Fernando del Paso, escritor, dibujante y premio Cervantes 2015, considera que la influencia de Rulfo en otras novelas se percibe de forma sutil «como una actitud particular ante el silencio y la muerte» regalada por el escritor, dijo en la Feria del Libro de Guadalajara en 2017.
Rulfo nació el 16 de mayo de 1917 en Jalisco y en su faceta como escritor se inspiró en la guerra, el despojo, la orfandad y el campo, sin caer en fatalismos. Nadando siempre en las aguas de la ficción y la historia de México, logró incluir en sus textos la tradición oral y la fotografía, dando cabida a la cristiandad y las culturas indígenas. Una suerte de antropólogo que sabía combinar elementos para describir entornos llenos de belleza, cultura y proximidad.
Falleció en Ciudad de México el 7 de enero de 1986.