Este lunes inició la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático en París, Francia, donde el presidente mexicano tuvo su primera intervención ante los 150 Jefes de estado, que participan en este encuentro, donde aseguró que México es un actor que asume su responsabilidad global.
Recordó el paso del huracán Patricia por las costas mexicanas y aseguró que “fenómenos como éste, cada vez más frecuentes, extremos y peligrosos, demuestran la urgencia de un compromiso global, dinámico, de largo plazo y con objetivos concretos.”
Pidió encaminar la economía mundial a crecer y generar el bienestar social de los habitantes de cada país, pero asegurándose de que se esté cuidando el medio ambiente.
En otra intervención, aseguró estar de acuerdo en poner un precio a las emisiones de carbono, ya que “es una medida efectiva para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover el uso de combustibles más limpios.”
Sin embargo, hace unos días Greenpeace México desplegó un comunicado que parece refutar las palabras del presidente en la cumbre pues señalaron que “su gobierno se comprometió a reducir el 22% de las emisiones nacionales de Gases de Efecto Invernadero antes del 2030. No obstante, sin la aprobación de la Ley de Transición Energética (LTE) esa meta tiene altas probabilidades de no hacerse realidad.” Y sentenciaron: “Mejor, no vayas a París a la COP-21”
México sufre de graves problemas ambientales, desde la deforestación de los bosques que son eliminados ya sea para convertirlos en campos de cultivo o para ocupar la madera de los arboles con diversos fines, hasta el problema con el agua que enfrenta severos problemas de contaminación pues industrias y mineras lanzan sus desechos a ríos y lagunas que afectan la calidad del líquido que se hace inservible para el consumo humano y doméstico.
Por: Salvador Valencia
El Ciudadano