El exministro de Justicia y Seguridad de Brasil, Sergio Moro, presentó nuevas pruebas contra Jair Bolsonaro en un interrogatorio que se extendió por más de ocho horas.
Moro, quien dejó su cargo esta semana en medio de un escándalo, acusa al mandatario ultraderechista de intentar interferir en investigaciones policiales.
El exministro llegó el sábado a la sede de la policía federal de Curitiba, en el sur del país, poco antes de las 2 de la tarde (hora local) y rindió testimonio hasta casi las 11 de la noche.
Afuera de la sede policial los esperaban decenas de manifestantes que acudieron hasta allí para apoyarlo o, al contrario, para mostrar su respaldo a Bolsonaro.
«Miembros de uno y otro grupo intercambiaron insultos, obligando a los policías a separar a ambos bandos», reportó EFE.
Aunque el contenido de su declaración no fue revelado, el diario Estado de Sao Paulo informó en su sitio web que el exministro mostró mensajes y correos electrónicos que intercambió con el jefe de Estado.
Ruptura entre Moro y Bolsonaro
Sergio Moro, quien era uno de los ministros estrella de Bolsonaro, dimitió la semana pasada tras el despido de uno de sus colaboradores más cercanos, el jefe de la policía federal, Mauricio Valeixo.
En una explosiva conferencia de prensa en la que anunció su renuncia acusó al presidente ultraderechista de obstruir e interferir en investigaciones de la Policía Federal (PF) y del Supremo Tribunal Federal (STF).
“No tengo cómo mantener los compromisos que asumí, sin condiciones de trabajo, sin tener cómo preservar la autonomía de la Policía Federal”, indicó Moro, quien fue el juez del caso Lava Jato y encarceló- sin pruebas- al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en libertad.
En la rueda de prensa reveló que el Jefe de Estado busca controlar las investigaciones de la Policía por motivos políticos.
“Me dijo que quería colocar a una persona con quien tuviera contacto personal, a quien pudiese llamar, pedirle informaciones e informes de inteligencia. Prestar ese tipo de información no es el papel de la Policía Federal”, denunció en esa oportunidad.
Bolsonaro no se quedó callado y arremetió contra uno de sus «hombres de confianza», endicó que le garantizó a Moro la autonomía de las dependencias bajo su poder, entre ellas, la Policía Federal, pero resaltó que “autonomía no es sinónimo de soberanía”.
Aunque aseguró estar “muy triste” por la dimisión, tildó al ex juez de ególatra y oportunista, que había puesto en duda su autoridad.
Investigación a Bolsonaro
Las acusaciones de Moro sugieren posibles crímenes de responsabilidad del Jefe de Estado y podrían ser el punto clave para la apertura de un juicio político en el Congreso contra el Presidente.
De hecho, sus declaraciones llevaron al fiscal general a reclamar la apertura de una investigación sobre el presidente, autorizada inmediatamente por el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
El alto tribunal pidió que el ahora exministro fuera interrogado en 60 días, un plazo que redujo luego a cinco días.
En una entrevista publicada el viernes en el semanario Veja, Sergio Moro declaró que iba a presentar pruebas de sus acusaciones durante su interrogatorio.
Afirmó además que la lucha contra la corrupción no es «la prioridad» del gobierno de Bolsonaro.
Por su parte, el mandatario explotó a través de su cuenta en Twitter y llamó «Judas» a su ex ministro, y lo relacionó con el apuñalamiento que sufrió durante la campaña de 2018.
“¿Los cerebros están en Brasilia? ¿El Judas, que hoy hablará, interfirió para que no se investigara?”, apuntó en el mensaje que acompañó con un vídeo sobre el incidente.
«Nadie va a hacer nada contrario a la Constitución. Tengan la seguridad de que nadie querrá dar un golpe en mi contra», dijo el mandatario a la salida del Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia.
La investigación en curso podría abrir el camino a un proceso de destitución contra Bolsonaro o a acciones judiciales contra Moro por calumnias.
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