El 6 de enero de 2015, en el municipio de Apatzingán, Michoacán, se registró un enfrentamiento entre un grupo de civiles y elementos de la Policía Federal, que tuvo como resultado la muerte de 16 personas y decenas de heridos; en este hecho se le adjudicaron varias ejecuciones extrajudiciales a los Policías, sin embargo, a un año del incidente nadie ha sido juzgado por las autoridades de justicia.
Hace unos meses, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a través de un equipo de investigadores integrado por visitadores adjuntos, peritos en las materias de medicina forense, criminalística, criminología, planimetría y psicología, analizaron las evidencias y lograron acreditar y responsabilizar a la Policía Federal de la muerte de cinco personas por uso excesivo de la fuerza, así como una ejecución extrajudicial.
Los investigadores acreditaron también tratos inhumanos y detenciones arbitrarias tanto de la policía como de elementos del ejército que se hicieron presentes. Del mismo modo, acuso a las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán de negar fotografías de la necropsia practicada a un hombre fallecido por presunto atropellamiento por parte de la policía, del que se detectaron inconciencias en el protocolo de levantamiento del cadáver y necropsia.
En este mismo sentido, los diputados del Partido Acción Nacional, demandaron la comparecencia del ex Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral del estado de Michoacán, Alfredo Castillo, quien en su momento sólo declaró que las muertes se debieron a fuego amigo. “Dicen que quien nada debe, nada teme. Pero por su actitud, es probable que deba mucho”, aseveró el coordinador de los panistas Marko Cortés.
Por su parte, el Semanario Proceso y el portal Aristegui Noticias, refutaron las versiones oficiales tras la investigación de sus colaboradores quienes lograron entrevistar a los pobladores y obtener testimonios que se alejan de la versión oficial de las autoridades. En dichos reportajes, los testimonios aseguran que los civiles estaban desarmados y a los fallecidos les plantaron las armas, cargadores y cartuchos, muchos de estos sin detonar e incompatibles con las armas.
Aunque distintos organismos nacionales e internacionales se han posicionado al respecto, hasta ahora ninguna persona ha sido procesada y los crímenes acaecidos en Apatzingán siguen impunes.
Por Salvador Valencia
El Ciudadano
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