Este viernes, Estados Unidos y Cuba abordaron en una reunión en Washington el presunto «ataque acústico» sufrido en la isla por al menos 16 diplomáticos estadounidenses, según informó la Casa Blanca, citada por la agencia Efe.
La conversación tuvo lugar en la tercera reunión de su diálogo formal sobre justicia, en el que también abordaron el caso de los fugitivos estadounidenses que viven en Cuba o la situación de los cubanos con orden de deportación en EE.UU.
«Las delegaciones también hablaron sobre los incidentes que han afectado al personal diplomático en la embajada de EE.UU. en La Habana», apuntó la Casa Blanca en un comunicado.
La delegación estadounidense estuvo formada por el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri; el subsecretario adjunto de Justicia Bruce Swartz: y el subsecretario adjunto de Seguridad Nacional par el Orden Público, Justin Matthes.
Por el lado cubano estuvieron el director de Temas Bilaterales para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Yuri Gala López; y viceasesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, Abel González Santamaría.
Sobre este caso, Estados Unidos aseguró en agosto pasado que al menos 16 estadounidenses de «la comunidad de la embajada» en La Habana, Cuba, habían sufrido síntomas por un presunto y misterioso «ataque acústico», que habría sucedido a finales de 2016.
Un médico estadounidense que evaluó a los diplomáticos «les diagnosticó enfermedades tan graves como lesiones cerebrales traumáticas y probables daños en el sistema nervioso central», indicó la cadena CBS News.
Los diplomáticos aseguraron experimentar síntomas que iban desde las náuseas y la pérdida de oído a los dolores de cabeza y los problemas de equilibrio, agregó el reporte.
Una vez conocido el caso, el Gobierno cubano aseguró que, cuando EE.UU. le informó en febrero pasado de lo ocurrido a sus diplomáticos, inició una «investigación exhaustiva, prioritaria y urgente» y reforzó las medidas de seguridad para el personal estadounidense en la isla.
En ese sentido, aunque EE.UU. no culpa -por ahora- al Gobierno cubano del incidente, decidió expulsar en mayo pasado a dos diplomáticos de la Embajada de Cuba en Washington, por considerar que el gobierno cubano no cumplió con su obligación de proteger al personal estadounidense en la isla.
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