Tefé, es un municipio de Brasil, situado en el corazón de la amazonía brasileña, a 356 kilómetros de Manaos, capital del estado Amazonas. Su área es de 23.808 kilómetros cuadrados. Sin embargo, lo más interesante es que es una «ciudad acuática».
Esta población se caracteriza porque su medio de transporte público es una especie de “canoa taxi”, así como el hecho de que la comunicación con el mundo exterior es precaria y las vías terrestres de acceso son inexistentes.
Tefé es la última muestra urbana de los científicos que trabajan en la reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá, un lugar que también se dice sirve de posada para algunos turistas.
Para poder llegar allí, los visitantes pueden hacerlo por aire, viajando unos 50 minutos desde Manaos hasta el pequeño aeroparque local, o también por vía marítima, pasando tres días navegando.
Cuentan los lugareños que por el Solimoes o el curso superior del Amazonas, llegan frutas, muebles, antenas de televisión.
Los pobladores narran sus experiencias
El medio de transporte en Tefé es una “voadeira” , una especie de embarcación con motor, que se alinea en puertos improvisados a lo largo de toda la ciudad. En cada una caben de seis a ocho personas, que embarcan o desembarcan con cuidado, para evitar que el casco vuelque.
Joao, un conductor de este taxi fluvial, contó a la agencia AFP su experiencia: “Tener coche no es una buena idea aquí. Cruzar la ciudad se puede solo por río. Dentro de la ciudad, el traslado cuesta 1 real (0,26 dólares)”.
El transportista de 65 años también dijo que para salir de la ciudad es otro cuento. “Por eso todos tienen su propio barquito, aunque sea con motor improvisado”.
Otros pobladores y turistas cuentan que existe un mercado improvisado para comprar lo que necesiten. También, narran que el sonido de esos barquitos es «la música que nos acompaña», junto al de los vendedores ambulantes de DVD o de frutas.
Otros dato curioso de este poblado acuático es que su central eléctrica funciona con diésel, traído de Manaos, y el Internet llega por vía satélite.
También, en la ciudad fluvial está ubicado el Instituto Mamirauá, un centro de investigación en medio de la selva que cuenta con 300 colaboradores, donde hay casas flotantes que sirven como residencias o posadas y que están distribuidas a lo largo de la reserva.