En una carta pública sin precedentes dada a conocer el pasado jueves 1 de junio , un grupo de al menos 115 diplomáticos y funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores expresó su preocupación por el curso de la política brasileña y reclama por elecciones directas a la presidencia. En la misiva también condenan el uso de la fuerza para «reprimir o inhibir» manifestaciones, en una crítica a la postura del gobierno federal en relación a la última movilización en Brasilia durante la semana pasada.
«Desde la promulgación de la Constitución Federal de 1988, la consolidación del Estado democrático de derecho permitió significativos logros, con reflejos inequívocos en la inserción internacional de Brasil. Actualmente, sin embargo, estos avances están amenazados «, destaca un fragmento de la carta.
El texto fue escrito colectivamente por diplomáticos distribuidos por representaciones brasileñas en diferentes partes del mundo, sin la participación de la cúpula del Ministerio de Relaciones Exteriores, encabezada desde marzo por el senador Aloysio Nunes (PSDB-SP), que participa esta semana en reuniones en Washington, señala el portal Brasil de Fato.
En la carta pública titulada «Diplomacia y Democracia», los diplomáticos resaltan «el agravamiento de la crisis social, política e institucional que azota a Brasil» y exhortan a toda la sociedad brasileña, «en especial a sus líderes, a renovar el compromiso con el diálogo constructivo y responsable, apelando a todos para que no caigan en tentaciones autoritarias, conveniencias y apegos personales o partidarios en pro del restablecimiento del pacto democrático en el país «. Para los signatarios, esa sería la única posibilidad de retomar «un nuevo ciclo de desarrollo, legitimado por el voto popular y en consonancia con los ideales de justicia socioambiental y de respeto a los derechos humanos».
En respuesta, el ministro de relaciones exteriores del Gobierno de Temer, Aloysio Nunes, dijo que los funcionarios públicos son ciudadanos y tienen libertad para expresar sus posiciones. «No hago caza de brujas en Itamaraty y nunca lo haré».
¿Podrá Temer soportar esta presión sobre sus espaldas y terminar su mandato?