Algunas teorías conspirativas han surgido tras el suicidio del expresidente Alan García. Muchas sostienen que el exmandatario sigue vivo, mientras otros confirman y hasta lamentan su muerte. Lo que llama la atención es el surgimiento de las dudas en torno al fallecimiento de García, sobre todo porque los peruanos alegan que siempre fue un tipo que fundamentó su accionar en la mentira. Hoy muchos lloran su partida física y otros tantos exigen que se aclaren las dudas, se haga justicia y que no exista más impunidad en Perú
La noticia que impregnó los principales titulares de los medios de comunicación y redes sociales alrededor del mundo el pasado miércoles -17 de abril de 2019- fue el suicidio del expresidente de Perú Alan García.
Desde el mismo momento que se comenzó a difundir el incidente muchas fueron las personas que expresaron sus fuertes dudas sobre la muerte del político, al punto de crear una serie de teorías -algunas bastante delirantes- que en resumen ponen sobre el tapete la tesis que sería falsa la noticia del balazo en la sien que se habría propinado García.
Las reacciones, más allá de la gran cantidad de personas que lamentan el fatídico desenlace de García, también incluyen la duda como un factor a tomar en cuenta. Y es que, como dicen muchos peruanos, usuarios de redes sociales y parte de la colectividad, la mentira siempre fue parte del quehacer político del expresidente.
Es entonces la mentira la principal razón por la que ese colectivo de personas no dudan en que el suicidio de García no es más que una treta que cuenta con el apoyo de las corporaciones mediáticas de la derecha peruana e internacional, para que el acusado por delitos de corrupción vinculados al caso Lava Jato por los sobornos de la constructora Odebrecht, pudiera evadir la justicia, la cárcel y darse a la fuga para vivir cómodamente en el extranjero.
Varios cibernautas en redes sociales han mostrado estas reacciones que ponen en duda la muerte del expresidente. Incluso, se han divulgado una serie de fotografías que muestran a García junto a otra persona más joven pero que tienen similitudes físicas, y explican que esa persona sería el que habrían sacrificado los aliados de García para decir que se trata del exmandatario y así poder lograr que Alan pudiese escapar de Perú y vivir libremente en otro país, con otro nombre y otra ciudadanía.
Los que no ponen en duda el suicidio de García son sus familiares, amigos cercanos, políticos y presidentes de otros países. Se trata de una noticia lamentable, de eso no hay duda, y para muchos peruanos es más lamentable porque se trata de un tipo que no pagó por los delitos que cometió, es decir, duele más la impunidad que la propia muerte del político, que estuvo involucrado en varios delitos de corrupción, lavado de dinero, narcotráfico e incluso se le acusa por haber violado derechos humanos y cometer crímenes de lesa humanidad mientras estuvo a cargo del Poder Ejecutivo.
Uno de esos casos es la lamentable masacre de Accomarca, en Ayacucho, cometida el 14 de agosto de 1985 -primer gobierno de García- contra un asentamiento campesino y en la que murieron 26 niños y 43 adultos. Así como este caso, hay muchos otros vinculados a los gobiernos de García.
Reacciones y dudas sobre la muerte de García
En las distintas plataformas digitales, los cibernautas opinan sobre la noticia del suicidio de García, sus puntos de vista concuerdan en que la muerte fue planeada por el propio expresidente y por los involucrados en el caso Odebrecht, pues si Alan caía preso seguramente también se llevaría con él al actual presidente, Martín Vizcarra, así como otros expresidentes, políticos y empresarios de gran poder.
«La prensa nos quiere meter en la cabeza que está muerto sin ninguna prueba, ninguna mancha de sangre. La camioneta tapada con periódicos, todos estorban, tapan, todo parece sospechoso, en la foto él (Alan García) está lampiño y sin canas, que raro», dice Eduard Verastegui, un usuario de YouTube.
Por su parte, Daniel Albornoz Lazo -otro usuario que comenta un video que habla sobre la teoría conspirativa en torno al suicidio de García- opina lo siguiente: «Este hombre es muy inteligente, ya lo planeo todo, ahorita debe de estar en Paris leyendo las noticas riéndose y tomándose su café ☕️».
https://www.youtube.com/watch?v=0stHinEMz24
«Todos lo ayudaron a fugar porque el loco sabe mucho de Vizcarra, Graña y Odebrecht», dice Arturo Rabanal; mientras Mary Cubillos considera: «Todo es una mentira un cortina de humo» y José Luis Gonzáles Castro opina: «Filtran fotos que se suponen confidenciales y no filtran alguna foto de su cadaver en cajón. Yo ni creí su muerte y hasta no ver una foto no creeré».
Las teorías conspirativas llegaron al punto que en la red social Twitter se difundió una fotografía en la que sale Alan García acompañado de un hombre quien finalmente sería el que habrían utilizado para fingir el suicidio del exmandatario. También se mostraron imágenes de García sobre una camilla, fotografía que tuvo muchos comentarios que alegaban que el hombre de la imagen se veía más joven, más delgado y sin canas.
Javier Saul Quispe Caldas, un usuario de Twitter colgó la imagen con el siguiente mensaje: «Éste es el que ha suplantado a Alan García Pérez en su ridícula muerte y muchos creyendo que está muerto. ¡El cajón está cerrado!, ¿Qué raro, no?»
García siempre huyó de la justicia peruana
En enero de 2019, Alan García había vuelto a la palestra del escenario político peruano y no con una candidatura presidencial, esa vez era por un nuevo escándalo judicial en su contra, relacionada por la comisión de supuestos delitos realizados en su segundo mandato (2006-2011) y muy parecidos a los que se convirtió en prófugo de la justicia peruana tras su primer ciclo presidencial (1985-1990).
Esta vez -al igual que la primera ocasión- el expresidente García buscó pedir un asilo político en Uruguay que terminó por fallar, una medida que fue calificada como apresurada y desmedida con el único objetivo de volver a eludir la investigación que adelanta la fiscalía en su contra por supuesta corrupción y sobornos.
Y es que en Perú están en curso procesos de investigación por delitos comunes de corrupción contra el expresidente García. Las investigaciones que realiza el Ministerio Público en su contra son por la presunta comisión de los delitos de lavado de activos y colusión por la licitación de los tramos I y II de la Línea 1 del metro de Lima a favor de Odebrecht.
Además, estuvo involucrado en presuntos delitos en agravio del Estado en la concesión del Terminal Norte Multipropósito del puerto del Callao, según lo confirmó la Segunda Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Lima, que abrió una indagación preliminar al exmandatario por la presunta comisión de los delitos de colusión agravada y negociación incompatible por presuntamente haber “facilitado” a la empresa APM Terminals Callao la concesión del terminal.
Además, Enrique Cornejo, exministro de Transportes del segundo gobierno de García y otras 20 personas están involucrados en la indagación de la fiscalía que comenzó a raíz de una denuncia interpuesta por el procurador Amado Enco.
Según la disposición final de la Fiscalía, se señala que García y otros funcionarios -durante su segundo gobierno- “habrían emitido instrumentos de gestión, dentro de los cuales se encontraban los decretos de urgencia para viabilizar la concesión (…) y con ello favorecer a la empresa APM Terminals Callao”.
Luego de su primer mandato, García dejó Perú en una profunda crisis económica y moral, con una inflación anual de más de 7.600% para 1990. Además, la violencia desatada por su gobierno contra la guerrilla Sendero Luminoso, marcó su prontuario al recibir acusaciones por ejecutar crímenes de lesa humanidad para erradicar al grupo subversivo, a través de la creación de “escuadrones de la muerte”.
Al terminar su primer mandato, García logró huir a Colombia como refugiado político y luego se mudó a Francia, mientras esperaba que los cargos en su contra prescribieran según las leyes peruanas. Ya vencidos los cargos en su contra, García retornó a Perú en 2001 y desde entonces buscó llegar de nuevo a la primera magistratura.
El regreso de García a Perú, luego de ocho años y nueve meses como prófugo, se concretó en enero de 2001, cuando la Corte Suprema de Justicia del Perú declaró prescritos los delitos de enriquecimiento ilícito y sobornos atribuidos al expresidente y para ese momento candidato presidencial de unas elecciones que ganó Alejandro Toledo, también prófugo de la justicia peruana por estar vinculado a delitos de corrupción, sobornos y lavado de capitales.
La decisión de la Corte se dio de acuerdo con un pedido de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que declaró inaplicable la ley de contumacia para el ex mandatario, con lo que de inmediato quedaron sin vigencia las más de ocho órdenes de captura que había en su contra.
Cinco años después y a pesar de la impopularidad que marcó a García en su primer gobierno, volvió a ganar la presidencia en 2006, mandato en el que según las denuncias ejecutó los delitos vinculados a Odebrecht.
Según las encuestas, Alan García era el político más impopular de Perú -antes de su muerte, con un rechazo de 80%. El manto de la corrupción en Perú ha llegado a niveles tan altos que en la actualidad se realizan investigaciones a cinco ex Jefes de Estado por guardar vínculos con la ola de negocios ilícitos, sobornos y malversaciones que ha impregnado al país andino por más de tres décadas.
Estos cinco ex presidentes son: Alberto Fujimori (1990-2000), Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (1985-1990 y 2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski.
El ladrón que no pagó cárcel
Para los peruanos Alan García más que un expresidente fue un vil ladrón que no pagó sus crímenes en la cárcel y eso es precisamente lo que más les duele, la impunidad.
«Te moriste, Alan García. Sin pagar realmente por tus delitos (aunque el desprecio de la gente que te gritaba «ladrón» y el hecho de saber que te investigaban y tu detención era inminente fueron buenos castigos, pero no suficientes). Serás recordado como lo que fuiste: un cobarde», escribió Pia Hildebrandt en Twitter.
Incluso caricaturistas dedicaron su arte al desenlace del exmandatario y en un acto por intentar hacer justicia moral dibujaron imágenes en las que se ve a García entrando a un juicio en un lugar más allá de la muerte, como lo hizo el humorista gráfico argentino @WilsonHumor.
Otros usuarios de las redes sociales denuncian varias incongruencias en las declaraciones emitidas por los voceros del Estado, del partido de Alan García y de los familiares, quienes se negaron a realizar el velatorio a puertas abiertas.
También hay declaraciones de miembros de la prensa que estaban fuera de la casa de García, así como funcionarios policiales que hacían un cordón de seguridad mientras se allanaba la vivienda del exmandatario, que nunca se escuchó el disparo con el que se suicidó García, hecho que contradice a las declaraciones efectuadas por las personas que entraron a la casa a detener al expresidente.
De hecho, luego que se informara sobre el suicidio salieron dos vehículos que no permitían ver de afuera hacia adentro, lo que da fuerza a la teoría de que García salió vivo en uno de esos vehículos mientras en el otro se trasladaba el cuerpo de la persona que había sido asesinada para efectuar la evasión y dar piso a la mentira.
En un Editorial del Diario La República de Perú titulado «La muerte de García es la huida que él eligió transitar», describe la evasión a la justicia que hizo el exmandatario de la siguiente manera:
«El suicidio de García, aunque sea áspero decirlo, no es un gesto digno ni un acto de valentía. Es un acto de megalomanía. Es el final de un personaje que habitó una soberbia descomunal y decidió ser, él, su propio y único tribunal sentenciándose a una muerte violenta. En alguna línea de Emil Cioran se lee que la soberbia de un suicida se resume en esta frase: ‘Está en mi mano el que todo acabe’. No hay dios celestial ni tribunal terrenal frente al cual admita rendir cuentas. Y nadie puede negar que Alan García tenía ese tipo de personalidad.
¿Cuál es el legado personal que deja García? Algunas frases infelices como ‘Demuéstrenlo, imbéciles’, un entorno sin méritos ni capacidades que se enriqueció notoriamente, el hundimiento de un partido que fue histórico y una historia vinculada siempre a la corrupción. En la mañana de su muerte, los medios internacionales señalaban que tenía el rechazo del 80% de peruanos. Cuando un hombre congrega tanto rechazo, tanta crítica, tanta identificación con la mentira y la ilegalidad, no necesita el dictamen de un tribunal. El disparo que él activó ha sido su íntima y, a la vez, pública sentencia».
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