En la Tierra de Dioses, cuna de los textiles oaxaqueños, la danza de la pluma trasciende más allá de una expresión folclórica o de atracción turística. Los danzantes realizan una promesa ante dios por medio de las festividades católicas importantes de la comunidad como son las festividades de La Preciosa Sangre, Virgen de la Natividad, Virgen del Rosario y Virgen de Guadalupe respectivamente, el compromiso consiste en participar como danzante durante un periodo de tres años en las cuatro festividades del pueblo, además de asumir los gastos que la festividad y mayordomía requieren para la atención de los danzantes y sus familias. Esta responsabilidad es de gran importancia para la comunidad, por lo que el compromiso económico de la festividad es asumida por el danzante con el respaldo familiar. Algunos danzantes realizan su promesa en agradecimiento a los benes recibidos y en algunos casos más específicos lo hacen para pedir curar algún mal o enfermedad.
Las festividades religiosas se celebran a lo largo de 3 días, teniendo en cada uno de ellos diversas actividades que conforman parte del misticismo de la celebración. En el primer día se realiza el convite, el cual es un recorrido que se realiza por las calles y reúne a las niñas y jovencitas del pueblo con su atuendo típico y cuya labor es portar canastas de arreglos florales con imágenes de santos católicos. El recorrido es encabezado por la comparsa quienes abren paso a la presentación de los danzantes de la pluma ante los habitantes, al concluir el recorrido se culmina la celebración del día con el recorrido de las “Calendas”, esferas de tela empotradas en un eje adornadas con el santo de cada celebración acompañadas de la banda de música por las calles de Teotitlán, su simbolismo es anunciar el inicio de la fiesta al compás de la música en las calles conviviendo con los pobladores.
En el segundo día, los danzantes presentan algunas cuadrillas de la danza de la pluma en el atrio de la iglesia y por la noche se realiza la celebración de fuegos pirotécnicos donde se realiza la quema de las canastas, toritos y “monos” previo a la quema del castillo con motivo afín al santo que se celebra. Según los maestros coheteros que realizan este trabajo, el significado de la pirotecnia es depurar “lo malo” espiritualmente por medio del fuego, es por ello que las celebraciones pirotécnicas siempre se realizan un día antes a la celebración eucarística.
El último día de las actividades dan inicio con la misa en honor al santo correspondiente a la fecha, en ella los danzantes reafirman su promesa por medio de la fe y al concluir la acción de gracias inicia la danza de la pluma, cuya duración es de nueve horas en las cuales los danzantes únicamente tienen descansos de 10 minutos entre una cuadrilla y otra. A lo largo de la presentación de la danza, la comunidad y las autoridades de Teotitlán del Valle, realizan una convivencia compartiendo un tributo de fruta, cerveza y mezcal, insumos que ofrecen las familias del pueblo para compartir durante la convivencia. Así es como se conjugan el sacrificio, la tradición y la fe no sólo de los danzantes, sino de una comunidad que tiene un fuerte arraigo a sus raíces zapotecas pero que lo vincula con la influencia cultural de origen español representado por la iglesia católica.