Venezuela transitará en el futuro próximo un escenario de guerra molecular que inicia con las declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, cuya fase serán acciones parecidas a las Guarimbas del 2017, pero con el agregado del deterioro acelerado del bienestar material de la población.
Así lo advirtió José Manuel Negrón, en un artículo publicado en el portal web Sputnik, donde explica que las acciones violentas «comenzarían con una butaca rota, un grafiti vagón o un aire acondicionado que no funciona. Una solitaria voz de queja de algún usuario desperdigada entre la marea masiva de gente. Sí, al principio no parece gran cosa. Nadie las atiende, nadie se ocupa».
En el texto Negrón cita la teoría de falsa normalidad (fase uno) del autor Enzensberger, que denomina a esta etapa «Comandante Cero» y hace mención, a su vez de Tepedino, quien define esta situación como la acumulación de problemas que nunca fueron solucionados y que están determinados a favorecer la instauración de una crisis que se extenderá en el tiempo y permitirá avanzar al caos.
Para Negrón en este nivel «eminentemente cultural» se pierde el respeto a las reglas y a la fe en las instituciones, derivando a que se desarrolle una «cultura antijurídica progresiva basada en la transgresión y el remedio excepcional», publicó Sputnik.
Fase dos de la guerra molecular
En la segunda fase de la guerra molecular contra Venezuela, aparece un factor llamado «Comandante invisible», según Enzensberger que esta vinculada a la incapacidad del Estado de generar la protección y justicia para los ciudadanos que esperan de él.
De esta táctica se desprende varias subfases identificadas como la indolencia del funcionario estatal, el desinterés para servir al bien común y por supuesto, la omisión, en esta última es la pasividad de proceder y de ella las mafias , así como bandas criminales sacan ventajas para posicionar su poder en la burocracia venezolana. Un ejemplo de ello, expedición de pasaportes o documentos legales.
A estas se le suma la subfase de la «comisión» en la que funcionarios estatales actúan directamente en la ejecución de delitos (Cobro de vacunas, secuestros, etc), lo que «favorece la conformación de sistemas reticulares de crimen organizado», señala Tepedino.
Fase tres de la preguerra Civil Molecular
Fase cuatro propia guerra molecular
Negrón asegura que Tepedino hace hincapie en esta fase no en la extensión del territorio o las armas empleadas para la violencia, sino «la voluntad de avasallar al otro, ignorando completamente a las instituciones, las normas establecidas y lo que hace al Estado de Derecho» y que son dirigidas por el «Comandante invisible» que no responden a «un mando centralizado o una conducción centralizada y ni lógica militar, son anárquicas, nihilistas».
Anarquía o Guerra Civil Macroscópica
Recomendaciones a altos funcionarios
Según Negrón, existen varias sugerencias a los funcionarios de alto nivel gubernamental que ofrece Tepedino para enfrentar la amenaza que representa la Guerra Civil Molecular:
«No hay una receta sencilla (…) Cuando las sociedades dejan de adherirse a los principios rectores sobre los cuales se fundaron sobrevienen estas crisis. Intuyo que la clave fundamental es contar con un Estado fuerte y sano basado en los principios fundamentales y democráticos, que haga cultura del orden y el respeto a las leyes. La ley y el orden son la mejor barrera de contención», concluye.
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