Al expresidente peruano Alan García (1985-1990 y 2006-2011) se le acaba de cerrar una de las puertas que quería usar para evadir la justicia de su país. Este lunes, el mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, anunció que la solicitud de asilo que presentó el pasado 17 de noviembre fue rechazada.
«No concedemos el asilo político al señor Alan García, caso que en los últimos días cobró especial importancia y el cual hemos revisado detenidamente», anunció Vásquez durante una rueda de prensa.
Aclaró que la decisión responde a consideraciones estrictamente jurídicas y se tomó tras el análisis de un informe de más de mil páginas sobre el caso. La solicitud se estudió de conformidad con lo establecido en la Convención de Caracas sobre Asilo Diplomático de 1954.
«Las investigaciones realizadas concluyen que el caso de Alan García no es una persecución política, ya que en Perú funcionan autónomamente y libremente los tres poderes del Estado y especialmente el poder judicial», puntualizó Vázquez.
García denunció, cuando se conoció la prohibición de salida del país, una supuesta persecución política en su contra y aseguró que no hay pruebas de los delitos por los que se decidió ampliar la investigación e incluirlo en ella.
El caso
A García, la justicia peruana lo investiga por colusión agravada y lavado de activos como parte del caso Odebrecht. El exmandatario llegó a Lima desde España el 15 de noviembre solo para declarar como testigo, y el 17, después de que se le prohibiera salir de su país por 18 meses, ingresó a la Embajada de Uruguay.
Se le señala de haber cobrado 100.000 dólares a Odebrecht para adjudicarle el contrato de la construcción de la primera línea del metro de Lima, durante su segundo mandato. Para “ocultar” los sobornos, la empresa le habría entregado el dinero por una conferencia que dictó en 2012 en la Federación de Industrias del estado de Sao Paulo.
En la rueda de prensa, Vázquez indicó que el exmandatario debía abandonar la sede diplomática por sus propios medios. Después, el embajador uruguayo en Lima, Carlos Barros, anunció que ya la había abandonado y, luego, el secretario de García, Ricardo Pinedo, comunicó que se dirigía a su domicilio en el distrito de Miraflores de la capital peruana, reseñó El País.
Desde la Célula Parlamentaria Aprista, partido que sigue respaldando al expresidente, manifestaron que respetan la decisión del Gobierno uruguayo.
“Él (García) no ha abandonado el territorio nacional ni se ha escondido. Él ha hecho todo de manera abierta con conocimiento de la ciudadanía y de tal modo se mantiene a la expectativa de las citaciones que van a venir más adelante”, manifestó el congresista Mauricio Mulder.
García no es el único a quien se le investiga por la trama de corrupción con la empresa brasileña. También, hay procesos contra los expresidentes Alejandro Toledo, quien está prófugo en los Estados Unidos y enfrenta una solicitud de extradición; Ollanta Humala, que estuvo nueve meses en prisión preventiva junto a su esposa; y la líder opositora Keiko Fujimori, contra quien se dictó prisión preventiva por 36 meses el pasado 31 de octubre.
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